martes, 5 de febrero de 2019

LOCURA DE PLANES

Cuando las cosas no salen como planeamos


Estoy que muerdo. Bueno, mejor dicho, no muerdo; ¡arranco extremidades con mis dientazos! Resulta que me encuentro de vacaciones y mi plan era emprender viaje mañana y llegar y descansar al lado del mar aunque fuese en alguna pobre tienda de campaña.
Os recomiendo que observeis paginas de esta indole ya que os puede salvar de pasar una mala noche a la interperie.
Por imprevistos de la vida, esto me es imposible, por lo que antes de que me caduque el vuelo me he visto obligada a dirigirme al trabajo a toda leche para cambiar mi segunda semana de vacaciones por la última de este mes, incorporarme el lunes y a la vuelta a casa cambiar el billete de avión.

Llego a ese lugar donde me gano la vida y me percato de que Jefesito se encuentra en la puerta de su oficina, con algunos satélites acompañándolo. No es con él con el que quiero hablar, sino con su segundo de a bordo -recordad que desde que lo puse fino filipino le retiré la palabra-, así que paso sin mirarlo mientras él no me quita ojo, les pregunto a quienes lo acompañan si está la persona a la que busco y cuando me dicen que salió al café, me bajo a saludar al resto.

Aparecen allí más de los que yo imaginaba. "¿Pero vosotros tres no estábais de vacaciones?" "Sí, pero Jefesito nos hizo volver el mismo día que las empezamos. Dijo que no las podíamos coger cinco a la vez y nos llamó". "Mira, no le cojo yo el teléfono fuera de horas de trabajo ni jarta, ¡y en vacaciones menos! Además tuvo seis meses para darse cuenta de que nos quedábamos cinco a la vez, pero claro, seguro que ni cotejó y se fue a dar cuenta cuando el lunes aquí no estaba ni el apuntador". "Sí, dijo que sólo os las daba a tí porque las pediste la primera y a Peluchín porque llevaba mucho tiempo sin quedarse de vacas. Por cierto, a Peluchín le hemos boicoteado la taquilla, ¿la quieres ver?" "No, si éso otro día, a ver si arreglo el asunto".

Pasa el tiempo y yo allí esperando, mientras Cricetidae me pone al corriente de las novedades acontecidas. Como el segundo de a bordo no llega, decido llamar por teléfono a Asfalto, que fue enviado junto a Ori a una misión, porque Jefesito está de malas y no quiere a nadie de brazos cruzados, aunque no tenga nada que hacer en su ámbito.

-¿Asfalto? Es que SDAB no llega, ¿me lo avisas?
-Espera, que voy yo ahora.
-No, pero a tí no te quiero para nada, ¿me lo avisas ó no?
-Tranquila, que voy.
-No, no, que no vengas, avísalo ó dame el teléfono. Y por cierto... ¿dónde está Ori? ¿Qué has hecho con él?
-Está aquí conmigo, ahora lo llevo.
-No, sólo quiero saber si está vivo.
-¿Sí?- ahora contesta Ori.
-Qué no, que a tí tampoco te quiero para nada. ¡Qué aviséis a SDAB, hombre!
-Ya vamos.
-¡Qué no os necesito!
-Estamos donde el semáforo.
-¿Dónde cual?
-Sólo hay un semáforo.
-¿Tú te crees que yo voy contando los semáforos de este pueblucho?

Dadaísmo puro y duro, amiguitos y amiguitas. Yo con un problemón del quince, SDAB sin aparecer y estos dos balbuceando incoherencias telefónicas. Me apetecía darme de cabezazos allí mismo.

Llega ese par y a continuación por fin aparece SDAB. Me enseña el calendario de vacaciones y la semana que yo necesito está libre. ¡Miel sobre hojuelas!

-¿Entonces me la das?
-Es que no puedo pasar por encima de Jefesito, díselo a él.
-Es que no le hablo. ¿No te enteraste de lo que pasó?
-No jaja
-Pues se pasó de listo y lo puse en su sitio, y desde entonces no le hablo.
-Bueno, pues yo se lo digo a él y luego te digo.
-¡Estupendo!

Ori se ha librado de fauces temerarias y me dispongo a contarle lo que me ha ocurrido.

-Pero vamos para aquí...
-¡No coño, que te lo quiero contar a tí, no a todos éstos!
-¡Hija qué carácter! -se escucha a lo lejos- Esta sí que es una mujer dominante.

Le cuento la historia y me voy para casa, aguardando a que sea más tarde para llamar a SDAB.

Primera llamada: Aún no ha visto a Jefesito.

Segunda llamada: Jefesito le ha dicho que no. Ya tiene planes de trabajo para cada uno, y no. Me sugiere que lo llame yo personalmente a ver si lo convenzo.

No sé si os imagináis lo que supone llamar a alguien que te ha sacado de quicio y cabreado hasta las trancas, así que respiré hondo y cariacontecida marqué el número. Me respondió un hombre, diciendo que estaba equivocada.

Cogí el teléfono de Mamá y lo telefoneé de nuevo, después de confirmar con SDAB que efectivamente ese era el número. Nada, equivocado.

¿Se querría quedar conmigo? Lo único que me faltaba con semejante rebote.

Marco su otro teléfono...

-Ya miraré a ver si esos días están libres.
-No, que están libres, ya se lo digo yo.
-Bueno, tengo que mirar.
-Es que necesito cambiar la fecha de un vuelo que tengo para mañana.
-¿Y tú te sacas un vuelo sin tener claro si puedes?
-¡No señor! -Mi cabreo ya sale a flote- Yo podía porque estaba de vacaciones y, como a todo hijo de vecino, se me ha presentado un imprevisto. Porque los seres humanos solemos tener problemas, y esas cosas. Así que sólo quiero cambiar una semana por otra que necesito.

Total, que mañana lo llamaré por teléfono -maldita la gana- y como me diga que no, en persona allí acudo.

El viaje ya lo he cambiado para los días en los que necesito ir, ¿qué iba a hacer sino? ¿Perderlo? Así que espero no tener que pagar otra penalización porque a este buen hombre se le antoje no darme una semana por otra.

¡Con lo bien que estaba yo sin dirigirle la palabra!

PS: Por cierto, vosotr@s que lo sabéis todo, ¿cómo hago para que se me reduzca la pantalla? Es que la página del Facebook me sale enorme y es un rollazo tener que mover la barrita a la derecha y a la izquierda para poder leer.

PS2: La gata Eva (ahora Boni) está muy bien en su casa, acostumbrándose a su nueva familia y mejorándose de sus dolencias. La echo mucho de menos y eso también me tiene triste, porque me di cuenta de que, en el fondo, esperaba que nadie se la llevara para quedármela para siempre. ¡Es que es un amor! La suerte es que su nuevo dueño es el mejor amigo de Cry, por lo que podré verla a menudo y sé de ella a diario.

PS3: Alejandro está con anginas y 40º de fiebre.

PS4: ¿Me votáis en los Premios Bitácoras arriba a la derecha?

AMOR DE GATO

Amor de gato

Amo a mi gato. Me encantaría poder explicar el vínculo que me une a él, pero temo que no podría llegar a expresarlo con palabras.

Cuando lo conocí, había sido encontrado en un container de basura, maltratado y desnutrido. El color blanco de su cara se había vuelto negro de los golpes que algún hijo de puta le había propinado.

Nada más cogerlo en brazos, me juré a mí misma que lo protegería de todo y de todos y que quién le hiciera un feo a mi gato me lo estaría haciendo a mí. No le faltaría nada de nada.

Confieso que soy de esas personas, catalogadas más raras que un perro a rayas verdes, rosas y amarillas, que prefieren a los animales a las personas.

Tenía mi pequeño cinco meses cuando crucé el mundo con él. Sería impensable mudarme sin él. El día que lo adopté fue con todas las consecuencias y para toda la vida. No soy caprichosa en absoluto y jamás lo sería con los animales. He tenido muchísimos a lo largo de mi vida y jamás de los jamases me he deshecho de uno. Es una actitud que aborrezco y que en el carné que propongo a la hora de tener animales sería motivo de prohibirle a quien se desembarazara de su mascota volver a tener otro.

Lógicamente, mi gato hizo el viaje en cabina. Las bodegas no están climatizadas y nunca permitiría que mi tesorito pasara miedo ó frío. En los baños de los aeropuertos, lo sacaba del transportín y lo ponía a beber en el mármol de los lavabos, sacando su bebedero y llenándoselo allí. Recuerdo que en Barajas una señora se quedó perpleja, no se podía creer lo que estaba viendo.

Una vez en casa, se hizo amigo enseguida de mi otro gato -a quien quiero tanto como a él, pero que fue querido desde que nació y jamás tuvo la desgracia de que ningún desalmado le pusiera la mano encima- y de mis perros. Enseguida se aclimató a su nuevo hogar, dónde a sus nueve meses cumplidos de hoy es completamente feliz.

Viendo noticias asqueantes de maltratadores animales y escuchando de primera mano cómo muchos padres no enseñan a sus hijos a respetar a estas nobles criaturas, pienso lo paradójico que es la actitud de unos y la de otros. Hay animales desgraciados y otros, como el mío, que tienen la gran fortuna de encontrar a alguien que dé todo por ellos cuando parecía que ya todo lo tenían perdido.

Necesitamos mucha concientización animal.

BRAZO DE GITANO SALADO

Brazo de gitano salado

Hace tiempo, comiendo en casa de Luisa (la madre de Carlitos) y el Bene, probé algo que me encantó. Se trataba de un brazo de gitano salado que decidí aprender a hacer.

Conste que yo le hice variaciones, como las aceitunas, que se me ocurrió que podían quedar bien y, desde luego, triunfé con ellas.


Ingredientes para la plancha de bizcocho:

-4 huevos
-100 gramos de harina
-100 gramos de azúcar
-Una pizquita de sal

Relleno:

-Lonchas finas de jamón de york
-1 tarrina de Philadelphia o similar
-1 tarrina de queso azul President o similar
-1 bote de aceitunas

Preparación:

Separar en dos boles las yemas y las claras.

En el bol de las yemas, mezclarlas con el azúcar.

En el de las claras, montarlas a punto de nieve con la sal. A continuación, añadir la harina tamizada.

Mezclar los dos boles y colocar sobre la bandeja, dónde debidamente habrá una hoja de papel de hornear.

El horno ha de estar precalentado previamente a 180º y se introducirá la mezcla durante un cuarto de hora escaso. Cuando se dore un poco se ha de sacar.

Colocar la plancha de bizcocho sobre un rodillo húmedo y envolverla en él hasta que enfríe.

En otro bol, mezclamos los dos quesos con un tenedor, bien batidos, y añadimos las aceitunas picaditas.

Cuando el bizcocho esté frío, lo untamos con la crema de queso, no acercándonos a los bordes para que no se salga después la mezcla. Colocamos encima las lonchas de jamón de york.

Enrollamos el bizcocho relleno, lo apretamos bien y lo envolvemos en papel de albal o de film.

Lo dejamos en la nevera de un día para otro y lo servimos cortado en rodajas.

Consejos:

Es un plato ideal como entrante o para servir en fiestas (por ejemplo, en un cumpleaños). Tampoco está mal como cena fría de verano.

Esta mezcla de quesos y el jamón york se pueden sustituir por Philadelphia y jamón serrano o Philadelphia y salmón ahumado. En este plato, hay quien en lugar de aceitunas utiliza nueces picaditas.

La mezcla de quesos y aceitunas también es ideal para rellenar canapés o para utilizarla como apetitivo, sirviéndola con pequeñas tostaditas.

DOLOR DE CABEZA

Dolores de cabeza

Durante toda mi vida he tenido frecuentes dolores de cabeza. Por temporadas, me duele a diario inclusive. Si me ato el pelo con fuerza, me duele la cabeza; si me pongo una diadema, ídem de lo mismo; si coloco mis gafas de sol como cintillo, la que me espera después...

Las causas las desconozco porque como no tengo nada grave paso de averiguarlas. Reconozco que me encantan el queso y el chocolate, alimentos problemáticos con esta dolencia y sin embargo no tengo intención de eliminarlos de mi dieta. El paracetamol no me hace nada y siempre tengo que acabar recurriendo al ibuprofeno.

Dormir bien es muy importante para evitar las jaquecas y el estrés y las malas posturas tienen mucho que ver en ellas. Quizá coincidan las épocas de mayor estrés con las de jaquecas diarias; esa puede ser una explicación lógica de mis males.

Los expertos recomiendan entre otras cosas no tomar bebidas con cafeína. Pese a ello, a mi mejor amiga durante el embarazo la Coca-cola era lo único que le quitaba los dolores de cabeza que también sufre a menudo.

Otros alimentos no recomendados son los muy fríos, leche y derivados, nueces, bebidas alcohólicas, comidas chinas y japonesas, fritos, embutidos, pan blanco, azúcar refinada... ¡Demasiados! Al menos para mí que no estoy dispuesta a sacrificar hasta ese punto mi alimentación con el objetivo de prevenir, respetando que cada persona haga lo que considere y entendiendo que el que lo sufra más a menudo que yo los retire de su dieta.

Tampoco se debe comer a deshora ni estar sin comer y son importantes los ejercicios de relajación.

Evitemos también la acción del sol, ya que es frecuente que cuando el astro rey pega fuerte y no llevamos cubierta la cabeza a la hora de exponernos durante un tiempo, se nos levante la indeseada cefalea.

Cuando el dolor es insoportable, la oscuridad nos ayudará a sentirnos mejor, sobre todo si procuramos intentar dormir -un rato ó la noche- con una pastilla indicada para nuestra dolencia. Las luces fuertes no son buenas amigas de jaquecas, migrañas y demás hierbas.

PELUCHONES Y PELUCHINES

Peluchines y peluchones


Así fue como me encontré hoy el vestuario. El otro día, con las prisas, había jurado escuchar que le habían boicoteado la taquilla; pero no: fue la mismísima pared.

Relatar como conseguimos el peluche de Garfield sería tiempo perdido, ya que nadie me creería. La cosa es que días antes de las vacaciones nos hicimos con él y lo llevamos para el vestuario. Peluchín no se quiso dar por aludido al verlo y ahí quedo la historia cuando el susodicho y yo nos quedamos de vacas. Como sabéis, yo he vuelto antes porque tuve un imprevisto y necesitaba la última semana para más adelante. Por su parte, Peluchín nunca tiene imprevistos y actualmente se encuentra disfrutando de sus días de relax. Imagino que se los pasará en el sofá, viendo capítulos de "Aída" y tocándose los pies. ¡Él es así!

Esta mañana, al entrar en el vestuario, me encontré con que al lado del sitio del peluche había una rotunda pintada a boli. La de la foto, concretamente.

Cuando nuestro peluche de confianza regrese la semana próxima, imagino que se enfadará, se quejará, nos maldecirá y se pasará media mañana malencarado. Luego, como es un peluchín, perdonará nuestros pecados -bueno, míos no, yo sólo colaboré en la adquisición del peluche- y volverá a la normalidad.

Y me preguntaréis, ¿qué tal la vuelta al trabajo? ¿Ha protagonizado Jefesito alguna anécdota? Pues sí, claro que sí. Sino no sería él.

Esta mañana, se me quedó mirando y como es tan... tan... [insertar calificativo], se quedó mirando a un compañero y le preguntó: "¿Cómo se llama esta moza?"

¡Pero vamos a ver! ¿Cómo te haces el interesante tratando de fingir que desde el viernes que no hablas conmigo se te ha olvidado mi nombre? ¿¡¡Tienes memoria de pez!!?

Al estar curada de espanto ante tanta chorrada continua, lo miré con cara de "qué lástima..." y pasé olímpicamente de su tontería del día. Aunque bueno, al menos continúa sin realizar comentarios de los suyos. Por mi parte, yo sigo hablándole parca, única y exclusivamente de temas laborales que no tengo más remedio que tratar con él (¿dónde?, sí, no, vale...).

Hablando de él, os voy a contar algo que le pasó una vez. Como Jefesito nunca echa gasolina él mismo a su coche, no está acostumbrado a la vida moderna. En una ocasión, no le quedó más remedio que ir él mismo a la gasolinera, así que fue, llenó el depósito y, despistado, se marchó sin pagar. La cámara lo grabó y obviamente lo denunciaron. Jefesito, al recibir la denuncia, se puso furioso y llamó a Zumosol, que como ya he comentado en alguna ocasión, es su primo: "Ahhh, qué vergüenza, me han denunciado por no pagarrrrrr, ¡vete a convencerlos de que me quiten la denuncia y págalessss!". Y ahí fue Zumosol a llevarles los 80 euros a los de la gasolinera y a pedir perdón para que retiraran la denuncia que le habían clavado a Jefesito. Por suerte para él, así fue.

MIS ABUELOS

Mis abuelos


Mi abuela materna se llamaba Ceferina. Era oriunda de un pueblo de Ciudad Real, hija de Dolores y Alfredo. Su familia era pobre aunque de derechas, porque mi bisabuelo opinaba que si el trabajo se lo daban los terratenientes, ¿qué otra cosa podía hacer? Su madre, la Abuela Dolores, venía de una familia más liberal, así como ella era, aunque tuviera que llevar el aire familiar tras contraer matrimonio. Mi abuela era la mayor de cinco hermanos: José, Basilisa, Alfredo y María. Esta última murió con 16 años. José se casó en el pueblo, Basilisa también y Alfredo fue un destacado futbolista de la época, muy afamado en su época como jugador del Betis y que finalmente terminó en Mérida, donde se casó y formó una familia, aunque fallecería muy joven de un infarto. Aunque su familia era de derechas, mi abuela se enamoró de mi abuelo, de ideología totalmente contraria. Cabe señalar que mi bisabuelo Alfredo más bien se resignaba a que las cosas fueran así, pero nunca hizo daño y era respetado en su pueblo, siendo un buen hombre que trabajaba muy duro para sacar adelante a los suyos. Mis abuelos se casaron por lo civil durante la guerra. Llevaban cinco años de novios y en un descanso de mi abuelo, un año después de la muerte de su hermano Antonio, contrajeron matrimonio por lo civil. Nunca renovarían sus votos ante la iglesia, uno de los motivos que llevaron a mi abuelo a la cárcel. Debido a la prisión de mi abuelo, mis abuelos esperaron seis años para ser padres, teniendo tres hijos: mi tío mayor, mi madre y mi tío pequeño, quienes se llevaban dos años entre ellos. Todos sus hijos nacieron en Albacete y cuando mi madre tenía ocho años, se trasladaron a Asturias. Un momento especialmente trágico para mi abuela, fueron unas vacaciones en las que se trasladó a su pueblo natal para estar con su única hermana. Corría el año 1982 y caía una terrible tormenta. Ambas hermanas se encontraban departiendo sentadas en una cama y, en uno de los truenos, Basilisa sufrió tal susto que falleció de un ataque al corazón. Mi abuela vio impotente como su hermana fallecía se le iba sin poder hacer nada. Años después, su salud comenzó a fallar. Varias operaciones cerebrales debidas a infartos de dicho lugar le complicaron la existencia. Debido a los desajustes que ésto le causaba, mi abuela comenzó a confundir palabras. Ella sabía lo que quería decir, pero su cabeza le jugaba malas pasadas y Mamá ya estaba harta de explicarle a los vecinos que su madre no tenía ningún tipo de demencia, sino que era una mujer que sufría de problemas cerebrales que le dificultaban la relación pensamiento-pronunciación. Cuando murió mi abuelo, ella sufrió mucho. Siempre estaban riñendo de modo entrañable y los nietos les habíamos compuesto una canción que decía así: "Allá en el rancho grande, allá dónde vivían, estaba Ceferina, que junto con Francisco, siempre estaba riñendoooo. Te voy a hacer unos calzones, de los que usa el abuelo, te los comienzo de lana y los termino de cueroooo". No podían vivir el uno sin el otro y mi abuela sufrió mucho en sus últimos años. Mamá suele comentar que menos mal que se murió antes de presenciar las desgracias de sus hijos, que tendrían lugar muy poco después de su partida. Recuerdo que fui al cine por primera vez con mi abuela, a ver la película de "Los Trotamúsicos". Yo cursaba 1º de EGB y en el salón de actos de mi colegio, realizaban jornadas de cine los sábados. Fuimos "Güelita Tete", Mamá, Cry y yo. Cry era el nieto favorito de mi abuela porque le hacía mucha gracia. Como si fuera hoy, me acuerdo del día que falleció mi abuela. Era 31 de diciembre de 1990 y sonó el teléfono de mi casa. Mi madre, que había pasado la noche con mi abuela, le cogió el teléfono a su hermano pequeño. La abuela estaba ingresada y cuando le dieran el alta se vendría a vivir con nosotros, pero ese día no existió. Mi tío le comunicó a su hermana la trágica noticia.

Mi abuelo materno, como acabo de decir, tenía por nombre Francisco. Nació el 16 de abril de 1914 en el mismo pueblo ciudarrealeño que mi abuela. Fueron siete hermanos, de los cuales sólo tres llegaron a contar más de dos años: él, Antonio -20 de junio de 1915- y Virtudes -8 de diciembre de 1920-. En su casa nacieron todos los descendientes de su familia materna. Aunque el domicilio era grande, eran muchos y mi bisabuela Pía decidió ser la primera que abandonaba la vivienda, trasladándose a otra, propiedad de la abuela María Juana, donde residieron hasta que partieron a la vivienda familiar, donde residían el Abuelo León y la Abuela María Juana, que era una finca a las afueras: La Noria Olaya. Siendo el primer nieto, hijo, sobrino y el mayor de todos los primos, mi abuelo, para su familia siempre fue llamado "Francisquillo". Fuera de la familia, nunca padeció ninguna abreviatura y todo el mundo lo llamó siempre Francisco. Más de una vez he contado que mi abuelo fue a la cárcel por republicano, participando en la guerra en el bando vencido y además atreviéndose a desafiar a la iglesia católica contrayendo matrimonio por lo civil. Allí permaneció seis años, cumpliendo sus condenas en distintas prisiones. Fue brutalmente torturado y mutilado. Le extirparon un ojo sin anestesia. En un convento, llegó a observar por la ventana de su celda cómo las monjas enterraban en el patio bebés que habían tenido con los curas, únicos hombres que por allí campaban. Cuando recibió la libertad y su madre fue despojada injustamente de todas sus pertenencias -mis tíos Antonio y Virtudes y mi bisabuelo ya habían fallecido víctimas de la barbarie-, mi abuelo, hombre muy trabajador, se trasladó a Albacete desterrado y en busca de trabajo. Allí estuvieron unos diez años, hasta que en Asturias emergió la revolución industrial y decidió emigrar en busca de un futuro mejor. Siendo profesor de mecanografía, taquigrafía y contabilidad, no se le permitía ejercer por "rojo" y hasta la transición no pudo cumplir su sueño de abrir su propia academia, teniendo que conformarse con el trabajo bruto. De mi abuelo conservo los mejores recuerdos. Siempre me llevaba de la mano a ver a Paul, un pastor alemán vecino, a quien observábamos desde la verja de su patio. También me cantaba flamenco y me ponía a bailar "Arenal de Sevilla y olé, Torre del Oro" y me contaba muchas historias. Poco pude disfrutar de él, pues pese a mi gran memoria, el 18 de diciembre de 1985, cuando volvía de revelar las fotos de mi segundo cumpleaños y tras parar en mi casa a verme, subió hasta la suya -vivíamos en el mismo barrio- y nada más sentarse en su sillón y mi abuela preguntarle si le ponía la sopa, falleció de un infarto. Se trataba de un hombre súper inteligente, que si hubiera podido seguir estudiando a sus anchas hubiera llegado muy lejos. Leía mucho y tenía una biblioteca envidiable que hoy me pertenece. Escribía sin cesar, siendo un virtuoso de la máquina de escribir y le encantaba enseñar a los niños. Gran profesor, poseía muchísimas virtudes y fue una grandísima pérdida a sus 71 años. ¡Cuánto añoramos todos que se hubiera quedado aquí con nosotros, por muchos más años! Tenía en su estudio posters del Ché y de la  Pasionaria. Igual que estupendo escritor, era un gran poeta y compositor, uno de tantos talentos a los que el franquismo no permitió echar a volar. Gran amante de sus nietos, tenía muchísima paciencia con los niños en general, cualidad que sus vecinos aún recuerdan.

Mi abuela paterna, Caridad, nació en 1913 en un pueblo asturiano. Hija pequeña de María y José, tenía por hermanos mayores a Camilo, Severa y Manuel. Camilo emigró primero a Cuba y luego a República Dominicana a la edad de 18 años. Severa fue madre soltera de un niño a quien bautizó con el nombre de su padre, quien, al ser también hijo de soltera, la apoyó incondicionalmente. Manuel contrajo matrimonio y tuvo cuatro hijos. Mi abuela se casó con mi abuelo a los 23 años y se mudó a casa de éste, donde también vivía su suegra, Virginia. Mi bisabuela Virginia era una mujer como encogida, que preparaba café y poco más, hasta que llegó mi abuela, que era todo lo contrario y, como gran cocinera que siempre fue, comenzó a llenar aquella mesa de unos platos riquísimos y abundantes. Un año después de su boda nació mi tía, y a los trece años vino al mundo mi padre. Cuando mi tía era pequeña, mi abuela pasó una gripe tremenda y el médico le dijo que se había quedado estéril. Al llegar mi padre, mi abuela comentó: "claro, no tuve más fíos hasta que nun los fice". Su casa fue la primera del pueblo y de la comarca que tuvo televisor, en 1963, un auténtico lujo. Todos los niños del lugar, acudían a verla con mi padre, maravillados por aquel aparato que hasta el momento desconocían. Mi abuela era una mujer muy coqueta, aunque sobria, que llevaba hasta el día de su muerte, con 79 años, una melena rizada hasta encima de los hombros. Poseía un carácter súper fuerte y en su casa mandaba ella. El carácter fuerte es de su familia, el mismo de mi padre y mío. Cuando, en un valle superior de su pueblo, escuchaba las voces de su sobrino, hijo de su hermana Severa, mi abuela exclamaba: "¡Éso, éso, que no decaiga la raza!". Mujer muy comprensiva, fue muy buena suegra, no metiéndose jamás en los matrimonios de sus hijos y casi apoyando más a su yerno y a su nuera que a sus propios vástagos. Sufría del corazón y el médico le comunicó que éste le pendía de un hilo. Un buen día, sentada en la galería de su casa con su esposo, se quedó en el sitio. Recuerdo muy bien ese día. Como mis padres trabajaban, Cry y yo dormíamos en casa de mi tía y ese 12 de agosto, mi madre y mi primo nos despertaron para comunicarnos la noticia. Mis tíos y mi padre se habían ido al pueblo, que queda a media hora de mi casa y de la de mi tía -vivimos muy cerca-, porque ese 12 de agosto de 1993 el corazón de la abuela ya no había podido seguir adelante. De mi abuela, guardo con mucho cariño cuando jugábamos a los coches. Nos sentábamos ella, Cry y yo en sillas, colocadas a la misma altura, y fingíamos conducir, nos pitábamos y protestábamos por el tráfico. También, yo entraba como un huracán en el baño de su casa y me pintaba como una puerta. Todas sus gatas, siamesas, se llamaban Karina porque se lo ponía yo.

Mi abuelo paterno, Jesús, es lo que se puede describir como un hombre bueno. Poseía un corazón de oro. Rubio y más bajito que mi abuela, era de pocas palabras y su bondad no tenía límite. Jamás lo escuché alzarle la voz a nadie. Era hijo único de una viuda porque su padre, ya de una edad, falleció cuando él era un niño. Había nacido el 5 de diciembre de 1909 en el mismo pueblo que mi abuela. Le gustaba tocar la guitarra y durante la guerra estuvo en la cocina de un barco del bando nacional, sin que nunca jamás lo escuchara yo hablar de política. Una vez, en Boca Chica (República Dominicana), se despistó en la playa y lo tuvieron que avisar a voces de que había en las aguas un tiburón que no andaba muy lejos de él. Le encantaban los gatos y cuando mi abuela murió, se trasladó a vivir a casa de mi tía -aunque nosotros íbamos mucho a por él- con su gato, un siamés llamado Tríspulo, que había sido "Karina" hasta que descubrimos que le había salido mango. Por desgracia, un día Tríspulo desapareció, y pese a que nos volvimos locos buscándolo, no lo encontramos más. Los dos últimos años de su vida, mi abuelo luchó contra una leucemia que no pudo superar. Pasó muchos malos momentos y yo me acuerdo con dolor e impotencia de haber visto a mi abuelo en coma en varias ocasiones. Una vez, subí a verlo con mi gato Pichy (alias Alfás), y cuando me fui, me dijo mi tía que en su delirio estaba llamando a un gato porque decía que yo estaba allí con él. Falleció el 5 de diciembre de 1998.

-Mi abuela Silvia en realidad era mi tía abuela, pero eso a mí no me importa, porque fue realmente la abuela que tuve durante toda mi vida. Su marido, Camilo, era el hermano de mi abuela Caridad. Ella nació en Laguna Salada (RD) el 26 de julio de 1912 y fue una mujer formidable. Muy trabajadora, educada, buena, respetuosa, que no hablaba de nadie, generosa, simpática... La quise mucho, muchísimo. En esta entrada comprenderéis lo que fue para mí. Me enseñó a ser mejor persona con su ejemplo de vida, que todo el mundo vio pero nadie supo copiar ni heredar. Hasta el fin de sus días se mantuvo muy ágil, típico de las ancianas caribeñas y chocante aquí, falleciendo con 99 años -casi 100- el 2 de mayo de 2012.

¿QUIERES EL ORGANO DE UN ASESINO?

¿Quieres el órgano de un asesino?


Esta mañana, en el programa de la amiga del Toro de la Vega Mariló Montero, se daba una noticia increíble: La Organización Nacional de Transplantes había rechazado los órganos del homicida de El Salobral, donante y fallecido en condiciones óptimas, alegando que aunque jamás hacen declaraciones al respecto, en este caso admitían públicamente que se negaban en redondo a aceptar los órganos de Juan Carlos Alfaro. Mariló, con su acostumbrado tono objetivo, le transmitió a su audiencia que menos mal que fue así. Y es que claro, todos sabemos que si a uno le implantan el riñón de un hombre malo, se vuelve perverso él también y repite los mismos actos del anterior propietario de su nueva pieza.

Si bien es cierto que nuestro país es de los más solidarios respecto a la donación de órganos, existen listas de espera. ¿Alguien le preguntó a las personas que se encuentran esperando por un corazón, un hígado, un riñón, si querían el del homicida de El Salobral ó preferían hacerle ascos y seguir viendo pasar el tiempo? ¿Ó será que acaso la noticia ha sido manipulada y el motivo real por el que no han aceptado los órganos de este tipejo reside en que, como diría la tutora legal de un Umpa Lumpa, sufría por poner un ejemplo una enfermedad infectocontagiosa?

Por otra parte, ¿porqué los medios son tan morbosos que no han dejado de avasallar a la ONT para preguntar si efectivamente los órganos de el Fraggle habían sido transplantados? ¿Llegaría algún programa hasta el punto de hacer un trabajo de investigación para saber quién fue el receptor de alguno de los órganos y luego preguntarle qué tal se siente con las corneas de un homicida pederasta?

Que a mí me daría lo mismo llevar el corazón de José Bretón, el de Rajoy ó incluso el de Juan Tamariz -pero que no me lo digan, por favor...-. No quiero ni pensar que cuando alguien joven fallece en condiciones que puedan propiciar una donación, su familia impida que ésta se realice. Porque cuando la víctima somos nosotros, enseguida estamos deseando que alguna familia tenga un arranque de solidaridad y nos salve la vida.

Yo no tengo tarjeta de donante porque en algunas cosas soy una paranoica y me da yuyu que aparezca una mafia a llevarse el contenido de mis carnes morenas. Sí, ya sé que no tiene sentido, así que no intentéis buscárselo. Sin embargo, en mi casa saben de sobra que si me muero joven y en condiciones de donar, que quiero que se aproveche todo lo que sea posible. Si tuviera la tarjeta y mi familia no quisiera, no me serviría de nada, porque aunque seas donante, si tu parentela se niega a que te extraigan los órganos, no hay nada que hacer. Mi profesor de Medicina Legal solía comentar que se podía hacer a la fuerza, pero que éso nunca se llevó a la práctica por sensibilidad. Por sensibilidad yo no dejaría nunca un órgano útil pudrirse. ¿Ó cuando pierdes a un familiar te sientes mejor sabiendo que tampoco evitarás las muertes de terceros?

Una vez escuché una estupidez grandísima: "Yo estoy a favor de la donación de órganos, pero de la de sangre no". Vale, explícame como se hace un trasplante de órganos sin sangre. Coherencia cero.

No me parece menos importante la gente que dona sangre. En alguna ocasión comenté lo que me hubiera gustado saber quién le donó la sangre a mi padre durante las numerosas transfusiones que recibió en la UCI. Respeto muchísimo el anonimato, desde luego, pero en mi interior me encantaría agradecerles a esas personas, porque fueron muchas, la generosidad de compartir altruístamente su sangre con alguien a quien no conocían de nada, sin importarles la raza, religión ú orientación política. ¿Cómo olvidarme de éso?

Por este motivo, cada vez que alguien trata de poner trabas a una donación, ó juega con ésto en el caso de que la noticia sea falsa, se me revuelven las tripas.

CARMEN RUSSO

Las mentiras de Carmen Russo


Flaco favor hace Carmen Russo cuando cuenta su historia febril. Son muchas mujeres quienes luchan por terminar con los tabúes de la reproducción asistida, para que las que tienen proyección pública den lugar a mentiras y mitos de un plumazo. Y es que, cuando no nos habíamos recuperado de que Ana Rosa Quintana se embarazara de mellizos de forma natural a los 48 por los desarreglos de la menopausia, esta artista italiana aparece del baúl de los recuerdos para proclamarse encinta a los 53 años.

Ya no es tanto que ella y su esposo de 64 años condenen a su pequeño a tener abuelos -y no me vale la consabida disculpa de que hoy a los niños los crían los yayos, porque no estamos hablando de buscar a la criatura del colegio y luego darle la merienda-, sino que en España, donde Carmen asegura haberse quedado en estado con ayuda de la ciencia, no está permitido someter a tratamiento a ninguna mujer mayor de 50 años.

Si una clínica trató a esta mujer, se saltó la normativa existente a la torera. La noticia saltó en el blog del colaborador televisivo Kiko Hernández, donde Carmen contaba que llevaba casi ocho años de tratamientos y que se quedó embarazada en el mes de julio por inseminación artificial. ¡Con un par de ovarios! (Nunca mejor dicho) Siento decir que a la edad de 38 años, los médicos con dos dedos de frente que no quieren ocasionarte negativos y pérdida de capital innecesaria, por lo general ya te desaconsejan la inseminación artificial, realizándote una fecundación in vitro. A la edad de Carmen, ni IA ni FIV que valga, porque sus óvulos dudo mucho que existan, y si aún lo hacen, su calidad estará por los suelos.

¿Qué problema hay en decir que una se ha sometido a una recepción de óvulos de donante ó adopción de embriones? ¿Es éso malo? ¿No sería mucho mejor que de una vez por todas, se normalizaran estas cosas desde los personajes famosos y no se perjudicase a las mujeres con problemas de fertilidad con dogmas de creencias disparatadas? Los pájaros no maman, señores.

Por si fuera poco, el viernes noche Carmen Russo acudió a un programa de corazón a pasear su embarazo, asegurando que vitrificó sus óvulos hace nueve años. Lástima que se trate de una técnica tan nueva que en aquellos tiempos no existiera. Lástima que con 44 años nadie te vitrifique los óvulos, porque después de los 38 ya ni te lo recomienden.

Vamos, que esta mujer se ha saltado la ley y ha mentido como una bellaca. ¿De verdad es tan difícil ser sincero en esta vida?

ALEJANDRO QUIEN ES?

Alejandro

Si hay alguien a quien quiero con todas mis fuerzas, un niño que es mi debilidad... no es otro que mi sobrino.

Con once años, pone el lavavajillas, pasa la aspiradora, recoge la mesa, programa la lavadora y hace lo que sea necesario.

Hoy le pedí un café. Cuando me lo trajo y volvió para la cocina, le pregunté si me había echado azúcar. Cualquier otro niño de su edad me hubiera mandado a rascar, pero él me respondió: "No, espera un momento"; y llegó con el azucarero, me la echó y además me removió el café.

Estando su madre enferma, el niño bajaba al médico a por el parte, iba a la farmacia por las recetas y al supermercado a hacer la compra. Hoy, en todos esos sitios me preguntaron por él y todo el mundo me dijo que vaya niño más bueno y más educado.

Hace unos días operaron a su madre. Él se quedó con sus abuelos y al volver hoy a casa, estaba muy nervioso y daba un poco más de guerra que otros días. Lo reñí dos veces para que se tranquilizara y sólo me dijo: "Vale". Ni me contestó, ni me levantó los ojos.

No lo quiero porque sea así, pues es mi pasión desde el día en que nació; pero su forma de ser me llena de orgullo. Me encanta que sea tan simpático, tan bueno, que la gente lo quiera...

Es una pasada.

ANECDOTAS DE HOLANDA

Anécdotas holandesas

La vinoteca

Necesitábamos hacer un buen regalo y nos había costado dios y ayuda encontrar una tienda de vinos decente en aquella ciudad holandesa. En todas las anteriores, la botella de vino más cara costaba 15 euros y no se trataba de regalar un caldo un poco bueno, sino algo realmente especial. Desesperadas estábamos, cuando entramos en aquel establecimiento. 

El muchacho holandés nos atendió muy amablemente y nos enseñó justo lo que buscábamos. Mientras decidíamos qué vinos nos íbamos a llevar, hablábamos entre nosotras. "Qué bien está este sitio". "Estos vinos ya son otra cosa, esto es calidad". 

Al acercarnos a pagar a la caja, le dije algo a Pachi que hizo que el experto en vinos me preguntara de repente y en un perfectísimo español que de qué país de Sudamérica era mi acento.

-De España concretamente, amiguito, pero... ¿Hablas español?
-¡Claro! -Y ahí fue cuando se soltó- Mi esposa es venezolana y nuestra hija de cuatro años es bilingüe.

De la que salíamos, comentamos: "Menos mal que no se nos ocurrió decir nada malo pensando que no se enteraba del idioma..."

El camarero

La presente anécdota tuvo a bien ocurrir en Bélgica, concretamente en Brujas. Llegamos a un restaurante en el que no había casi nadie, por lo que, tras escoger en la carta lo que comeríamos, comenzamos a hablar con los camareros.

Nos comentaron que uno de ellos era de Kosovo y el otro, que supusimos que era el dueño, italiano. 

Me pregunta esta vez el kosovar que de dónde soy, y cuando le respondo que de España, me dedica una mirada de infinita lástima, justo antes de exclamar:

-Oh... España... ¡crisis!

-Bueno, de España y de República Dominicana.- Añadió Pachi, logrando únicamente que el camarero me tuviese más pena aún.

-República Dominicana... ¡Trópico!

Y yo, que estoy sorda como una tapia, entendí "corrupción" y ya me eché las manos a la cabeza.

-¿Y tú? -prosiguió el hijo de Kosovo- ¿También de España?

-No, yo República Dominicana.

-Oh...

Cuando llegué al trabajo el viernes y se lo conté a Cricetidae, éste acertó a decir, ofendidísimo: "¡Tenías que haberle dicho tú que no, que Kosovo mejor que España y República Dominicana! ¡Qué fuerte!"

-Qué no, que el chico era majo, lo que pasa es que quiso hablar de algo actual...

-¡Si me lo llega a decir a mí, le canto las cuarenta!

El ratón

He dejado esta historia para el final, por ser precisamente la más azarosa. Desayunábamos tranquilamente, cuando mis ojos pudieron presenciar la clara imagen de un ratón corriendo por la cocina.

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh!- grité yo.
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh!- replicó Pachi.

¿De dónde salía un ratón? ¿Qué demonios hacía allí? Al dejarle la puerta delantera abierta a Philipe para que entrara y saliera al jardín, el insigne roedor había tenido a bien colarse.

-¿Y ahora qué hacemos? ¡Yo no sé matar ratones!
-Llamar a los vecinos y pedirles a Jaap prestado.
-¿Y nos lo dejarán?
-¿No estuvo entrando y saliendo de la casa cuando se fueron de vacaciones de verano sin él? No nos van a decir que no.

Así que Pachi cogió el teléfono y le preguntó al dueño de Jaap si sería tan amable de traérnoslo un rato.

El vecino llamó al timbre y apareció con Jaap en brazos. En los cuatro meses que no lo veía, aprovechó para ponerse como un fenómeno. Se lo arrebaté a su propietario y me dediqué a hacerle arrumacos, mientras le explicábamos al vecino lo sucedido con el ratón.

Jaap acudiendo raudo y veloz cada vez que se le necesita
-Lo mejor es que Jaap venga en la noche.
-¡Síi, que se quede a dormir! Lo que pasa es que vamos a salir, pero cuando volvamos pasamos a buscarlo.

Jaap olió un poco por debajo del horno, donde se presumía que hacía de las suyas el roedor, y se fue para su casa con su dueño.

Por la noche, llamamos a su puerta. El vecino nos dijo que se lo había pensado mejor y no creía que Jaap, al estar fuera de su casa, fuese a cazar al ratón. Descaradamente, temía quedarse sin gato ante nuestro entusiasmo al celebrar un pyjama party con él, pero algo tenía que decir. Sin embargo, el vecino nos prometió que aparecería con una trampa para matar al ratón.

Al día siguiente nos volvimos a ir temprano, por lo que si el vecino fue, no coincidió con nosotras. De noche, estando sentadas en la mesa del salón, volvimos a escucharlo correr. A continuación, comenzó a hablar en jerga ratonil.

-Estupendo, además es monologuista.

Así pasamos la noche hasta que nos fuimos a acostar y a la mañana siguiente, el padre de Jaap apareció con una trampa para ratones. Nos pidió un trozo de queso del desayuno y metió el maléfico instrumento dentro de la puertecita de los detergentes, que por su parte trasera era de cómodo acceso al roedor al dar directamente con la pared en la que también limitaba el bajo del horno.

Después de desayunar nos marchamos y, a la vuelta, se me ocurrió decir:

-¿Te imaginas que el ratón esté atrapado?
-¿Te atreves a mirar?
-Coño, ¿y cómo no?
-Es que yo no me atrevo.
-Espera... (Abro la puerta) ¡Aaaaaaaaaaaaaahhhhh! ¡Está ahíiiiiiiiii!
-¡Ahhhhhhh! ¡Phillipe, no te acerques!
-¿Y si está vivo pero no se puede mover del dolor? Tal vez deberíamos soltarlo...
-Sí, para que vuelva a entrar en la casa.
-¡No, caray, en una pradera!
-¡Pues yo no lo monto en mi carro!
-Espera, vamos a hacer ruido a ver si se mueve... No, no se mueve.
-Vamos a avisar al vecino y que lo saque él cuando no estemos en la casa, vamos a llevarle unas llaves...

Y a la vuelta, ni cadáver ni nada. 

Como agradecimiento, le regalamos al vecino estos curiosos chocolates envueltos en cajita de regalo:

MADRE SOLTERA POR INSEMINACION

Madre soltera por inseminación; una gran elección

Lejos quedaron ya los tiempos en que la familia constaba del papá y la mamá, unidos en santo matrimonio, y los hijos. A día de hoy no es difícil encontrar en nuestro entorno un padre ó una madre separados con sus hijos, segundas parejas con los hijos de cada uno, cada vez más frecuentemente dos papás ó dos mamás con los suyos... y luego están las familias monoparentales.

Muchas mujeres -más de las que nos imaginamos, porque normalmente una no va contando cómo se preñó- tienen florecido el instinto maternal, pero les apetece cero tener una pareja a su lado ó inclusive no encuentran a la persona adecuada para formar una familia, lo cual no les parece obstáculo para experimentar la aventura de la maternidad. Algunas deciden adoptar.

Las que nos ocupan hoy, son aquellas que han escogido la inseminación con semen de donante. Éste puede ser conocido (con los problemas implícitos, si primero se compromete a hacerlo como favor y después reclama sus derechos sobre el niño) ó anónimo.

La mujer que toma esta decisión, en España puede recurrir a una clínica privada ó a la Seguridad Social. Sí, aunque la mayoría de la gente no lo sabe, no es necesario pagar para someterse a una inseminación. No en todas las comunidades autónomas, puesto que la SS en España aún no está centralizada -como la educación, lo cual me parece fatal-, pero sí en muchas de ellas. En ese caso, la interesada debe exponerle el caso a su médico de cabecera, que la remitirá a ginecología. La lista de espera para la inseminación depende de la comunidad de la que hablemos. Si la futura mamá ha elegido la opción de tener un donante conocido, éste entregará una muestra de semen. En caso de ser un donante anónimo, la muestra será comprada en un banco de esperma (precio aprox 300 €). En las clínicas privadas, el coste será mucho mayor; pero la ventaja es la ausencia de lista de espera.

¿Cómo explicarle la historia al niño? Lo ideal es que sepa desde siempre que ha sido un hijo muy querido y deseado. Así no sentirá ningún shock al enterarse, ya que siempre lo habrá sabido y se evitará ese momento. En cuanto al tema del padre, lo cual le llamará la atención inevitablemente a la hora de empezar a la escuela, debe ser abordado con naturalidad. El niño ha de saber que simplemente no hay papá y conocer desde muy temprano la diversidad en cuanto a los tipos de familia. Cada vez más colegios, en especial públicos, conscientes de la evolución experimentada por la sociedad en este sentido, dejan de celebrar el Día del Padre ó de la Madre para sustituírlos por el Día de la Familia. Esos aport

DIPSHIT O MORIR

Cómo ser dipshit y no morir en el intento


¿Recordáis mi hermoso dolor de piernas? Ese que al agacharme y levantarme me llevaba a ver las estrellas. ¿Sí? Pues el viernes me dio el lumbago y un tirón en la espalda cuando hacía lo que no tenía que hacer. Incluso, me dio un bajón de tensión y un mareo, que gracias a la intangible ayuda del bueno de Peluchín no llegó a más.

El fin de semana me lo pasé en el sofá. Mis piernas empeoraron y mi espalda, ya en frío, resultaba un poema. Al salir de la ducha, se me durmió una pierna y pegué un traspié que casi beso el suelo como el Papa polaco cuando fue a Israel.

Evidentemente, el lunes necesitaba el informe de lo ocurrido el viernes para ir a la mutua. Segundo de a Bordo me dijo que debía rellenármelo Jefesito, al cual no le dio textualmente la gana. Entre gritos y gruñidos, le farfulló a SDAB que no le apetecía rellenar nada, y que no. Imagino que con la firme convicción de que yo agacharía la cabeza y volvería a mi puesto. Pues mira, no. SDAB me dijo que fuera a las altas esferas con el papel, pero no me hacía falta su sugerencia para animarme. ¡Ahí me fui a quejarme!

Entre ayer y hoy, no conseguí que nadie lograra que ese ser me rellenara el informe. Decía que no le daba la gana, y punto. La encargada de personal, que le tiene tanto "cariño" como el resto de compañeros, comentó que si de ella dependiera, "ese ya estaba aquí rellenándolo de rodillas". A última hora, ésta misma me llamó para decirme que, de parte del jefe de Jefesito, el eslabón de arriba de las altas esferas, me esperaba este mañana para rellenármelo él.

Efectivamente, dicho señor, todo amabilidad y de muy buen talante me lo rellenó. Eso sí, me dijo que jamás había hecho éso y que el motivo por el que Jefesito ocupaba un puesto de tal responsabilidad siendo un ser primario, no era otro que un tema político en momentos de confusión tiempo atrás. Nihil novi sub sole. De paso -y sólo de paso-, le conté la movida pasada, donde me faltó el canto de un duro para denunciarlo. El hombre se quedó flipando y me dijo que no hiciera ninguna tarea que no me correspondiera y que lo iba a llamar al orden para suavizarlo, aunque si, de todas formas, yo tuviera algún problema más, que no dudara en acudir a su despacho.

Así que me fui a la mutua, me dieron un montón de pastillas, un gel, varias indicaciones y por supuesto la baja. ¡Y ese individuo pretendía que sin poder ni menearme siguiera yendo allí! Claro, estaba pensándolo yo.

Me fallan las piernas, me dan pinchazos y estoy preocupada. La médico me explicó que se podía deber a varias causas, pero es que nunca me había ocurrido y no es plato de buen gusto para mí. Lo de los calambres es espectacular, parezco una vieja. Jamás me había pasado y ahora me da rabia que por hacer lo que no debo, por culpa de alguien que está en un puesto para el que no está capacitado, me tenga que ver así.

Como a la vuelta me diga algo, no sólo vuelvo a las altas esferas, sino que le voy a meter un repaso que ríete tú de la ubicación que le di en público el día que me cansé de sus comentarios asquerosos.

Para colmo de males, ayer me hicieron la endodoncia. Como no terminaron, tengo cemento provisional en el premolar, que al menos me tapa la raíz y hace que no desee que me anestesien cada vez que bebo frío ó caliente.

En cuanto a Mamá, de dar tantas vueltas, hoy se le olvidó poner el ticket del parquímetro en el coche y le han metido otra hermosa multa, la cuarta en once meses. Conste que hasta esta racha de multas, nunca jamás en sus 25 años de carné le habían puesto ninguna. Ayer quería que me quedara yo en el coche e ir ella a ponerle los puntos sobre las íes a Jefesito, pero se acordó de que tenía que ir a comprar huevos y se le olvidó. Cuando se enteró hace semanas de aquello que pasó, le quería ir a lanzar un zapato, decía. ¡Y éso que no le conté todo!

En fin, que quien me lea va a pensar que soy una quejica, pero precisamente por éso lo cuento todo junto para que una sola entrada englobe mis desventuras gracias a un jefe malvado e incompetente.

Por otra parte, para aquellos que seguís la carrera delictiva de Ferny; Perfidita ya está perfecta.

MOSCU ALGUN DIA TE VERE....

Moscú: el viaje de mis sueños

A lo largo de mi vida, he viajado más que la mayoría de la gente pero mucho menos de lo que me hubiera gustado.

Para mi infortunio, aún no he realizado el viaje de mis sueños. No se trata de ninguna isla del Caribe ni tampoco de playas de ningún país. No. El viaje de mis sueños es Moscú.

Desde muy pequeña, leí tanto sobre Rusia que es cómo si hubiera estado allí. Sólo me faltó aprender el idioma, pero de aquella en mi ciudad sólo se podía aspirar a las típicas clases particulares de inglés ó como mucho de francés; por lo que me quedé viéndolas venir.

Aprovechando que los veranos rusos cada vez son más calurosos, no sé si estaría más tentada a viajar en invierno para ataviarme típicamente, en verano para despreocuparme de chaquetas ó en mayo ó septiembre para ir de entretiempo y no pasar ni frío ni calor. Realmente me daría lo mismo; yo lo que quiero es ir al menos una vez en mi vida.

Y lo que más deseo es fotografiarme en el Kremlin, la Plaza Roja y ante la Catedral de San Basilio. Quiero ver iglesias, palacios, teatros, el increíble Museo Nacional de Historia y el de Bellas Artes, las Siete Hermanas, los monasterios, la Universidad Estatal, el Metro de Moscú... Pocas cosas podrían satisfacerme tanto.

De momento, tendré que conformarme con fotos, más fotos y algún documental.





COMPAÑIAS AEREAS

Compañías aéreas


EasyJet: A favor, por supuesto, su precio. En contra he de decir que son muy amigos de los retrasos, que no es inhabitual que te dejen tirado unas cuantas horitas de retraso en el aeropuerto por la cara -éso sí, con un ticket para que te tomes un bocata y un refresco a su salud- y a las posteriores reclamaciones te responden por carta que no te van a abonar los daños y perjuicios y que confían en que sigas volando con ellos. A sus azafatos no es raro que les den ataques de risa mientras te explican cómo te debes poner el chaleco salvavidas en caso de problemas. Que a mí, que he volado más que Batman, me da lo mismo hacer oídos sordos a su show; pero mi hermano la primera vez que viajó fue con ellos, estaba súper nervioso y encima no se enteraba de nada porque no dejaban de hacerse muecas desde el fondo del avión para que los que estaban explicando la puesta del chaleco se partieran de risa.

Iberia: Son muy seguros, tienen la fama y la experiencia. Lo malo es que se están pasando de listos. Tú pagas el pastón que cuesta volar con ellos, y te meten en un vuelo de Vueling, su compañía barata, sin darte explicación ninguna. A mí me lo han hecho ya unas cuantas veces en los últimos tiempos. Un billete de Vueling, al ser el low cost de Iberia, es sensiblemente más barato; por lo que pringas en pagar el pastón de diferencia para viajar en Vueling de todas formas. Por otra parte, la comida de los viajes Intercontinentales es malísima, de lo peor. Si se esmeraran en hacer algo malo a propósito, no ofrecían algo así.

Vueling: Bueno, aquí tengo para despacharme a gusto. Cuando tú compras un pasaje de Vueling por internet, te cobran las maletas aparte. Si no marcas nada y las llevas normalmente al aeropuerto, facturándolas con normalidad, no te cobran nada; por lo que es un sacadero de cuartos infame, en el que se aprovechan de engañar al pasajero. Si llevas equipaje de mano y no entras de los primeros al avión, habiendo un gran número de viajeros, no es raro que te digan que no tienes ya sitio. Te dicen que te lo meterán en la bodega con el resto de maletas y que lo tendrás que recoger por el procedimiento habitual en tu destino. Si precisamente llevas la maleta de mano contigo porque tu trasbordo va justo, se lavan las manos, salvo que te enfades mucho, te plantes, te niegues y entonces te encuentran sitio milagrosamente. A las azafatas también les gusta mucho hacerse fotos durante el vuelo, sin perjuicio de que estés a un metro con cara de pocos amigos y esperando para preguntarles si el baño está ocupado, porque no ha entrado nadie y hay carteles de cerrado. El tema se agrava cuando en un avión no puedes encender el móvil y ellas se fotografían con uno, por mucho que esté en modo avión, cosa que al menos Vueling no permite a los pasajeros. Hay cada borde de mucho cuidado. A mí me ha pasado estar en mi asiento y que otro pasajero le diga a la azafata que ése es el suyo. Que la azafata me pida la tarjeta de embarque, y que como estoy ya leyendo no sepa dónde la he metido. La busco y dicha dama, que debe creer que soy sorda ó idiota, me vuelve a repetir con cara de pocos amigos: "¿Me permite su tarjeta de embarque?". "¿Porqué me lo repite, señorita? ¿Sospecha usted que soy imbécil ó no ve que la estoy buscando?". Y yo no los veo tan baratos.

Spanair: Eran mucho más baratos que Iberia para intercontinentales, más amables, la comida está mucho más buena -hacían una pasta a la carbonara riquísima-, eran serios y la compañía en general siempre me ha dejado un buen sabor de boca. Si tengo que buscar algún dato negativo, apuntaré que los viajes duraban más con ellos. Madrid-Santo Domingo con Spanair se tardaba casi hora y media más que con Iberia, y con lo que me desespero yo en los viajes largos, hora y media es hora y media.

CARTA DE AMOR A MI PERRO

Carta a mi perro


Querido Cos:

Hoy hace un año que no estás con nosotros.

Aún no me puedo creer que el tiempo haya pasado tan rápido.

Fuiste el mejor perro que una chica puede tener. Eras bueno, fiel, cariñoso y me encantaba comerte a besos.

¿Sabes que, desde que faltas, dejé de salir a caminar por las tardes? Sin tí no es lo mismo, no me apetece. Si me llevara a Ramón, iría ladrándoles a todos los perros y montando bulla. En caso de elegir a Coco, me pasearía él a mí todo el camino. Así que no he vuelto a dar las largas caminatas que compartía contigo cada día. ¿Te acuerdas? Nos sentábamos a contemplar el horizonte, yo te daba besos en la cara y tú me terminabas aplastando con tus patas, como diciéndome que era una abusona que ya te tenía empalagado. Cuando bajábamos a la plataforma del puerto, te enfadabas conmigo porque no te gustaba ver agua por todas partes y te mareabas, así que terminábamos sentados en mitad de la playa, ¡ni para tí, ni para mí!

Recuerdo cuando te vi por primera vez. Tenías nueve días y estabas lleno de pulgas. Tu madre era una boxer que acababa de dar a luz en una perrera que urgía por cerrar y hacía mucha falta sacar de allí a los perritos. Pensé que no saldrías adelante, pero con botellas de agua caliente y biberones, pronto te convertiste en un perro grande y sano. Te parecías a Scooby Doo y yo siempre te decía que algún Carnaval nos disfrazaríamos de la pandilla de esos dibujos para llevarte a tí como perro.

Kira fue tu mejor amiga. Qué mal lo pasaste cuando faltó. Te dirigías a su sitio y luego me mirabas, sin entender donde podía estar. Ahora estáis enterrados juntos. ¿Quién me iba a decir que en unos meses, en el mismo año, os perdería a los dos?

Tu relación con Ramón no era muy buena, pero la verdad es que Ramón con los perros machos... ¡no podemos pedir nada! Si tú eras celoso, él lo es el triple y, aunque llegó mucho después que tú, jamás fuisteis amigos.

Con Coco era otra cosa, porque aunque sea pesado él quería jugar y te llevabas muy bien. Comprendías que era un cachorro, por mucho que saltara sobre tí hasta el cansancio. Creo que sobra decirte que Ramón y Coco no se pueden ni ver.

Ferny está bien, ahora tiene una hermana. Los gatos siempre te gustaron, hasta el punto que los vecinos, al verte acercarte a los suyos, alguna que otra vez pensaron que tratabas de atacarlos. ¡Nada más lejos de la realidad!

Mi querido perro, me despido de tí hasta siempre. Nunca te podría olvidar, porque nunca habrá otro como tú. ¡Qué falta me haces!

EL POLICIA DE TIMES SQUARE

El policía de Times Square


Jennifer Foster, una joven policía de Arizona, no pudo menos que inmortalizar la conmovedora imagen que contempló junto a su esposo en Times Square. Un agente le entregaba unas botas y unos calcetines a un mendigo descalzo, que lucía ampollas de frío en los pies.

Lawrence DePrimo no sabía que estaba siendo fotografiado. Le dolió en el alma ver a un pobre hombre pidiendo con los pies desnudos bajo el frío neoyorquino y no pudo menos que acercarse y preguntarle que dónde estaban sus zapatos. El mendigo le respondió que no tenía con qué calzarse, por lo que el policía se acercó a la zapatería más cercana y pidió unas buenas botas y unos calcetines gruesos, considerando que ese señor se merecía que sus primeros zapatos en mucho tiempo fuesen de calidad. Escogió unas de 100 dólares y, mientras se las entregaba, le aseguraba que lo iba a proteger.

Cuando Jennifer llegó a casa, no pudo menos que compartir la imagen en Facebook, dando ésta inmediatamente la vuelta al mundo. Enseguida, la gente quiso saber de quién se trataba y pronto localizaron a Lawrence, quien se mostró muy sorprendido por la expectación levantada y consideró que su comportamiento no era para tanto.

En Estados Unidos, podemos encontrar en los albergues de homeless un gran número de padres con niños pequeños. Eso en el país que creemos que es el novamás, el sueño americano, lo más guay del Paraguay.

Aquí la situación no está siendo, sin embargo, mucho más halagüeña desde que comenzó la nefasta crisis económica. Yo no veía a tanta gente por las calles desde los 90, con la puntualización de que en aquel entonces, la mayoría de los mendigos eran heroinómanos que pedían limosna con el fin de costearse su adicción.

A día de hoy, en cada esquina hay una persona necesitada. Raro es el cajero en el que no hay alguien durmiendo cuando cae la noche. Incluso en los parques, con cartones, porque los albergues no admiten que nadie pernocte durante más de tres días seguidos debido a la demanda.

Lo más increíble, es que un gran número de esas personas muestran un aspecto físico completamente normal. No son alcohólicos ni drogadictos, ni pertenecen a ningún otro grupo marginal. Carteles de "No tengo trabajo" acompañan cajitas de cartón donde su propietario implora unas monedas.

Los comedores sociales se están llenando de lo que un día fue la clase media española. Parejas jóvenes con niños pequeños acuden a las cocinas económicas para que por lo menos sus hijos se lleven al estómago un plato de comida caliente al día. Y esta es nuestra realidad, porque a un gran número de personas que nunca imaginamos ver así, ahora la fortuna les ha dado la espalda y al perro flaco todo se le han vuelto pulgas.

Unos amigos míos, sin ir más lejos, hace unas semanas fueron desahuciados con su niño de siete años y se han tenido que ir cada uno a casa de su respectiva madre hasta que la situación mejore. No tienen trabajo y ya no cobran el paro ni la ayuda familiar.

El otro día, mi madre llegó a casa con el corazón encogido. Se encontró en la puerta del supermercado a una chica de veinte años a lo sumo pidiendo. Le dio algo de dinero y le compró un litro de leche y una barra de pan, quedándose realmente mal: "Era tan guapa, si la vieras con esas chanclas en los pies... Seguro que la tenía ahí una mafia".

En el semáforo más cercano, siempre nos encontramos con el mismo chico. Como le da apuro pedir, le des lo que le des te entrega un paquetito de pañuelos. Aunque no se los quieras coger, te los da de todas maneras. Su antecesor era un chico rumano, que muchas veces estaba acompañado por su mujer, siempre de chanclas. Alguna vez, bajo la lluvia, nos lo llevamos a una cafetería para que se tomara un café y merendara algo. Nos contó que tenía un niño en Rumanía, al que cuidaba su suegra. Hace unos meses, nos contó que no aguantaba más, que había ahorrado algo y que el dinero de aquí le daba para mucho en su país de origen, así que se iban. A veces lo recordamos y esperamos que se encuentre bien. Eran tan educados, tanto él como su esposa... Y sobre todo jóvenes, no más de veinticinco. También limpiaba siempre las lunas de los coches para no sentirse como un mendigo.

EXPOSICIONES AL SOL!!!

Expongámonos al sol, ¡pero con precaución!

Empiezan las primeras vacaciones del año y vienen de la mano del buen tiempo. Quien más y quién menos se pondrá al menos un ratito al sol y para cuidar nuestra piel no debemos olvidar una serie de consejos.

Dicen que todo el que se ha quemado más de tres veces en su vida bajo el sol tiene un alto riesgo de sufrir cáncer de piel. Yo prefiero no recordar todas las veces que me he quemado. La peor fue hace nueve años en Puerto Plata (República Dominicana). No debía ser yo muy docta a tan tierna edad de la que disfrutaba en éso de las medidas de prevención ante catástrofes solares. Total, que entre una metedura de pata y otra, me quemé el pecho de forma bastante importante. Toda la piel de la zona se me achicharró, volviéndose al poco tiempo de color negro carbón antes de caerse y dejar unas rosadas quemaduras que pensé que me quedarían de por vida. Por suerte no fue así y a día de hoy no tengo marca alguna, pero soy consciente de que la piel tiene memoria y yo me la he jugado bastantes veces.

Entre las 11 am y las 4 pm no deberíamos exponernos jamás al sol. Son las horas en las que la radiación UVB es más fuerte y por lo tanto no es un horario aconsejable.

¡Los ojos! Sólo tenemos dos y ya sé que las gafas de sol y demás utensilios dejan unas marcas un poco ridículas (nada no reparable con maquillaje), pero existen protectores oculares de pequeño tamaño que sin duda son la mejor opción y aparte de cuidar nuestros ojos, su huella es casi ó totalmente inexistente.

No nos podemos olvidar del tipo de piel. El fototipo va del I al VI; porque no es lo mismo ser albino ó níveo que muy moreno ó de raza negra. Cada persona necesita un factor de protección solar diferente según su tipo de piel. Por supuesto, cuanto más claros sean la piel y los ojos, éste será más alto. Por normal general, y salvo en casos de personas muy morenas, lo mejor es optar directamente por bronceadores de alta protección, pues no vamos a dejar de coger color por elegir un factor alto -creencia bastante errónea y extendida- y sí nos podemos ahorrar muchos disgustos.

Me llama mucho la atención cuando llego a la playa y veo a la gente aplicarse allí la crema protectora. Este gran error es el causante de muchas quemaduras. La protección debe aplicarse media hora antes de la exposición al sol (yo salgo siempre de casa con el bronceador puesto) y no está de más en absoluto volver a echar mano de ella a lo largo de la estancia en el lugar al que acudiremos. Si vamos a la playa ó a la piscina y optamos por darnos un baño, debemos untarnos de nuevo a continuación.

Si nos hemos depilado en las horas previas, mejor quedémonos en casa ó vayamos tapados. No podemos tenerlo todo y juntar el hambre con las ganas de comer para acabar en Urgencias. Por este motivo, la depilación laser siempre debe hacerse en invierno, ya que es incompatible con la exposición al sol. Si tenemos que hacernos la cera ó pasarnos la máquinilla eléctrica; que sea el día antes. Ni cremas depilatorias, ni ninguna diablura. No podemos salir al sol con la piel sensible bajo ningún concepto porque el desastre es seguro.

Las insolaciones también son frecuentes, al igual que la decoloración del cabello -sobre todo si es teñido-. Si no queremos jaquecas, mareos, vómitos ni que nuestro tinte se quede hecho una pena; debemos de cubrir nuestras cabezas con un pañuelo ó una gorra. Yo prefiero los pañuelos, ya que me tumbo cual lagarto y para esa postura la gorra me molesta; aunque hay gente que prefiere permanecer sentada ó caminar durante toda la exposición y le es más cómoda una gorra.

Supongo que nadie pretende tampoco deshidratarse, por lo que la botella de agua no se nos puede olvidar. Conviene llevarla en una neverita para no beberla a temperatura de infusión y es bueno beber de rato en rato para mantener el nivel de hidratación. Cuando digo agua, todos los líquidos son buenos; pero es que yo soy muy clásica y creo que para la sed y el calor como el agua no hay nada.

Al llegar a casa y tras la ducha no muy caliente, siguiendo estos consejos no nos habremos podido quemar. Así que nos aplicaremos el After Sun y estaremos más frescos que una lechuga.

Si no me habeis hecho caso, he aquí unos remedios para las incómodas quemaduras. Las rodajas de tomate en la zona afectada son de lo mejor, pero no hay nada como el aloe vera ó sábila. La crema de aloe es buena, pero si disponemos de una planta será mejor que mejor. Cortaremos un trozo, variando el tamaño según el de nuestra quemadura, lo pelaremos y nos aplicaremos la parte gelatinosa con generosidad varias veces al día. Es mano de santo, pero conviene no llegar a este extremo y evitar el dormir fatal y el estar varios días sin tomar el sol; ya que con quemaduras no nos puede dar ni en broma.

Así que sed consecuentes y no obvieis mis palabras, pues poca gente se ha quemado las veces que yo y os aseguro que es mejor que escarmenteis en mi piel que en la vuestra propia.

CHEESECAKE DE NUTELLA

Cheesecake de Nutella

Cheesecake de Nutella

Corte del cheesecake


Ingredientes:

3 huevos
Lata de 400 ml de leche condensada
500 gr de mascarpone
2 cucharadas de levadura

Preparación:

Batir y dividir la masa en dos boles. Verter medio bote de Nutella en uno y volver a batir. Echar las cremas alternándolas ó una y después otra. No se tarda más de 10 minutos.

Meter en el horno a 180º durante 45 minutos.

Cuando apaguemos el horno, el cheesecake debe estar poco hecho, que veamos que se tambalea como la gelatina.

Dejémoslo dentro del horno apagado, con la puerta medio abierta, hasta que el cheesecake esté a temperatura ambiente.

¡¡¡Y ya tenemos postre para estas Navidades!!!

LA PANDILLA BASURA

La Pandilla Basura


En los primeros años de mi infancia, se pusieron en curso los cromos de unos niños-monstruitos que atendían al nombre de "La Pandilla Basura". Corta edad teníamos Virginia y yo cuando, en el colegio, cogimos prestado el término para introducir en él a nuestra interminable lista de adversarios. Dos niñas de amplia imaginación durante tantas horas al día en un colegio son una bomba de relojería y ese fue nuestro caso.

Obras de teatro, canciones, bailes... cualquier cosa servía para caricaturizar a todo aquel con el que discutíamos, le teníamos manía ó, simplemente, nos tocaba la moral su presencia.

Nuestra creatividad llegó a su momento álgido en 5º de EGB, a la tierna edad de 10 años. Un día, toda la clase se empezó a quejar a la tutora de sus respectivos motes acuñados por nosotras y la profe debió de terminar con dolor de cabeza. Nosotras ni nos inmutábamos, al contrario, las quejas nos daban la risa. Una niña se equivocó y en vez de decir que la llamábamos "Lindo Gatito", dijo "Gatito Lindo", y Virginia y yo estallamos en carcajadas delante de la tutora. Lo único que nos llevó a protestar fue cuando un niño enemigo que solía darnos patadas y a quien odiábamos profundamente, tuvo a bien unirse a las protestas con una mentira. ¡Éso sí que no! "¡Mira niño, si te quieres quejar, al menos dí algo que sea verdad!". Recuerdo cuanto detestaba a aquel mocoso. En 2º de EGB la profe nos puso de deberes enviarnos una carta en Navidad y a mí me tocó enviársela a él. Me acuerdo de que lo puse a parir y encima ni se la envié por correo, sino que se la di el día después de Reyes en mano. El niño se ofendió muchísimo y se la llevó a la profe, quien lo miró y no dijo nada. Supongo que en el fondo se reía de todo lo que escribí.

Jabalón era el mote de este caballero. Vino a nuestra clase unos cuantos años. Virginia le cantó en una ocasión una canción dedicada a su persona titulada "Jabalí Jabalón" y como resultado, terminó con las piernas negras. Conste que fue él quien abrió la caja de Pandora, porque era un niño bastante desagradable y decidió tocarles los pies a las niñas equivocadas, consiguiendo que le estuviéramos tocando las narices hasta que lo cambiaron de clase en no recuerdo qué curso. No por causa nuestra, conste.

Fulanito y Manganito nos llevaban unos tres años. Siempre nos los encontrábamos en el patio y se dedicaban a perseguirnos. Los bautizamos así y ellos a nosotras como "las Excavadoras". Nos insultábamos bastante con ellos e incluso les compusimos un par de canciones:

Canción 1
Fulanito y Manganito fueron a por flores
y los payasos de ellos volvieron con bañadores
Fulanito y Manganito fueron por morcillas
y ellos como ******** se trajeron mantequilla.
No son inodoros ni son relojes
tampoco son larvas llenas de embriones
¿pues entonces quienes son?
¡Fulanito y Manganito, cómo no!

Canción 2

Corre corre Fulanito
que te sigue Manganito
porque detrás de vosotros
os persigue Aitorcito
que os pregunta si habéis visto
a su querida Raponchi
porque hoy al mediodía
nos casamos a las 12.

Nunca van a ser la canción del verano, pero compuestas en 3º de EGB yo creo que tienen su mérito. Hace muchos años que les perdimos la pista a Fulanito y Menganito. Ni siquiera me acuerdo bien de sus nombres. Fulanito creo que era Daniel y Menganito estoy en dudas de si se llamaba Javier. Una vez hicimos las paces con ellos, pero duramos dos días como amigos.

Atty de la Burra venía a nuestra clase. Cuando en 3º de EGB nos dividieron en grupos en clase, le tocó con nosotras y con otra niña. Ahí fue cuando nos empezó a llamar "Bobinas", insulto que nos solía gritar con un deje bastante peculiar, provocando nuestras risas. También nos decía mucho en clase "Estoy cansado de tí, de la otra, de la otra y de la otra". En el aula teníamos un periquito y nuestro grupo era el encargado de cuidarlo. Después de las clases de por las tardes, nuestra misión era limpiarle la jaula y cambiarle la comida y el agua. Un día, estando solos en clase el Atty y yo aseando al pájaro, se me escapó por accidente. Así que al día siguiente, cuando el profe entró en clase y vio al ave volando despreocupadamente por el aula, le dije: "¡Fue el Atty de la Burra! Claro, no se fija y el pájaro se le escapa". "¡Mentira Bobinaaaaa, si fuiste túuuu", repuso el Atty, mientras el profe iba saltando de mesa en mesa, tratando de coger al periquito y soltando amargas quejas. Perdimos 10 minutos de Matemáticas, por lo que todos los niños me dieron las gracias. En 5º de EGB, al pobre Atty lo atropelló un coche por ir sin mirar por la calle. Casi se muere y hasta mi madre llamó a la suya para darle apoyo moral. A finales de curso, apareció el Atty con su padre de visita en clase. Iba completamente escayolando, incluso la cabeza, y todos los niños arremetieron contra Virginia y contra mí, como si pilotáramos nosotras el coche que lo lisió, al vernos hacerle la pelota al Atty delante de su progenitor. El Atty tuvo que repetir curso y a los pocos años dejó el colegio y nunca más lo vimos. Pese a que tratamos de buscarlo y le preguntamos a mucha gente por él, jamás dimos con su paradero.

Jirafo Patilargo había estudiado en nuestro colegio y en él hacía las prácticas de sus estudios de Magisterio de Primaria. Le tocó la clase de Cry, quien lo adoraba, y siempre iba en el mismo bus que Virginia. No sé cómo la tomamos con él, pero siempre le cantábamos: "¿Quién va ahí que pasa de largo? ¡Oh, es Jirafo, Jirafo patilargo!". Con gran elegancia, nunca hizo el menor caso a nuestros cánticos. A lo mejor es porque ni se pispó jamás de que se referían a él.

Aún ignoramos el papel del Chaval de Gafas en el colegio. Si no lo sé yo, que me pasaba allí el periplo guardería-cole-comedor-patio-cole-extraescolares, dudo que lo sepa alguien. Era un espontáneo, y ya. Quizá trabajara en alguna de las cafeterías del cole, ó en el comedor, ó incluso podía estar haciendo prácticas de Magisterio en Preescolar, pero no lo puedo asegurar porque no tengo ni la más remota idea. Siempre estaba por el medio y punto. En uno de los altercados con nuestra señora de la limpieza enemiga, cuando la llamamos en medio de una disputa apareció él por la ventana de la cocina de los niños pequeños y se llevó un buen baño de barro fresco en toda la cara que le hizo las veces de mascarilla mientras corríamos como si no hubiera mañana.

Y hablando de nuestra señora de la limpieza enemiga -en el colegio había muchas-, en 7º de EGB protagonizamos una movida que fue el tema de conversación del colegio entero. No me extrañaría incluso que a día de hoy algún profesor les cuente a sus actuales alumnos la que se lió en mayo de 1996. Esto era una señora que limpiaba en el colegio. Iba tan arreglada que parecía que su misión era impartir un seminario de maquillaje y buen vestir, pero no, por aquel entonces limpiaba la cocina de los niños pequeños. Nosotras subíamos del patio de autobuses por una cuesta a la que daba dicha ventana y, cuando descubrimos que ella la adecentaba, como había sido tan borde en tiempos pasados, empezamos a picarla. El primer día le lanzamos al suelo de la cocina una bolsa de gusanitos Grefusitos mojada en barro. Los días posteriores, la llamábamos a voces y le lanzábamos algo, a menudo barro, justo antes de salir corriendo. Pero ella -omitiré su nombre, porque es muy astuta y no vaya a ser que me eche la bronca por la calle por rememorar este episodio- fue más espabilada que nosotras. Un día se escondió. La llamamos y nada. Le lanzamos barro en la cocina y nada. Allí no contestaba nadie. Así que como aún era temprano para entrar en clase, nos sentamos al lado de la puerta del patio de los niños pequeños, a dos metros de la cocina de marras. Cuando nos descuidamos, la puerta se abrió y la señora de la limpieza, que había estado escondida todo el tiempo, se personificó ante nosotros. Señalando a una niña que por ese tiempo era amiga nuestra -luego pasó a presidir la Pandilla Basura- y que no había hecho nada, le dijo: "¡Tú, que tienes cara de zorra, al director, por ofenderme!". Y vaya que si fue a dirección... En la primera hora de la tarde, teníamos clase de Matemáticas y ya llevábamos un buen rato pensando que no podrían dar con nosotras, cuando la puerta se abrió. ¡Eran el director y la señora de la limpieza! La niña a la que la limpiadora había llamado zorra se puso en pie, mientras que la señora de cabellos y labios rojos decía: "Sí, sí", haciéndonos caso omiso a las verdaderas autoras de la guerra fría. Esta moza pensaba salir, decir que ella no había sido, y zanjar el plan, pero los chivatillos de mi clase empezaron a gritar: "¡Eva! ¡Virginia! ¡Vosotras también!" y el profesor de Matemáticas nos mandó salir al pasillo. ¡Malditos delatores! Eso sí, en dirección también nos chivamos entonces nosotras de un niño con falsa apariencia de santurrón que formaba parte del complot y se creía fuera del grupo de detenidas. Como castigo, nuestro tutor de entonces, aquel profesor que no tenía ni puta idea de docencia y que me había recomendado hacer un módulo al terminar 8º, creándome un gran complejo de inferioridad, nos mandó dos recreos al patio rojo. El director nos quiso castigar un viernes delante de dirección, pero como le dijimos que ya íbamos dos recreos al patio rojo, nos dijo que no hacía falta. En el patio rojo teníamos que copiar el libro de inglés, cosa que no hicimos, mientras criticábamos a toda la clase en los morros del profesor sin idea de docencia, que se hartó tanto de nosotras que nos dijo que no hacía falta que volviéramos y que por favor nos largáramos a jugar. Todos los profesores nos hicieron un vacío enorme el mes que quedaba de clase, lo cual a mí no me importó en absoluto. A Virginia le dijo el profe de EF: "Yo no hablo con niñas que insultan a limpiadoras" y luego, en el autobús, el propio tutor la informó de que se encontraba en la lista gris oscura. Lo mejor fue que nos castigaron también sin interclases, lo cual nos llenó de emoción al odiar el deporte, y decidimos que al año siguiente liaríamos otra por las mismas fechas para volver a librarnos de las mismas.

¡Continuará!