martes, 5 de febrero de 2019

SI LOS CERDOS VOLARAN...

Si los cerdos volaran...

...la oficina de mi jefe sería un aeropuerto.


Estoy hasta los cojoncillos de pato, como suele decir Mamá. Menuda saturación que tengo y para colmo de males, me vuelve a molestar la lesión y ya las piernas se me duermen otra vez. ¡Contenta estoy!

Ayer padecimos una agresión en horas laborables. Como lo leéis. Un anormal que estaba amargadísimo porque el camino de su casa se había llenado de barro, nos llamó "subnormales" y nos lanzó por tres veces montones de barro con una fesoria. Increíble, pero cierto. Mi primera intención fue dirigirme a él, meterle dos buenas galletas y encima despeñarlo por un terraplén que había, pero al llamarle la atención me di cuenta de que cuando repartieron los cerebros, a dicho mozo le tocó uno con los cablecillos mordisqueados. Es que nos lanzaba el barro y decía "huy, lo siento" y repetía la operación. ¡Increíble! Porque además tendría sus treinta añazos.

Como el ambiente laboral con mi jefe puteándonos y Segundo De A Bordo lamiéndole el culo es tan agradable, nos tenemos que encontrar por la vida con un perturbado que nada tenía que ver con nosotros y cabreado por las inclemencias meteorológicas decidió increparnos. Mamá me riñó por no haberle metido las galletas, pero si se las hubiera dado, me habría dado una charla de que no puedo ir por la vida pegándole a la gente. Ya sabéis como es. Conste que yo no soy violenta ni muchísimo menos, claro que mi primera intención fue ésa. ¡Nos puso perdidos, hasta el pelo! Menos mal que siempre tengo más ropa en el trabajo, porque sino hubiera llegado a casa hecha un cuadro.

A Cricetidae le conté lo sucedido por Whatsapp, por donde me habló al no saber de nuestro paradero,  y estuvo a punto subir a zurrarle al loco de lo que se indignó. En esas pasó un amigo de Zondag, que nos estuvo contando a Joselín, a Jordi y a mí -los agredidos- que el perla estaba mal de la olla y su madre también, aparte de ser un par de gilipollas de mucho cuidado.

El colgado se debió de tomar la pastilla, porque un rato después se vino a disculpar. Volví a la oficina cabreadísima, pues sólo me faltaban agresiones físicas y verbales en el trabajo. Porque, que yo sepa, eso tampoco va incluido en el sueldo.

Anteriormente, habíamos tenido ya un altercado con el GC -gordo cabrón- y SDAB. Resulta que con la lluvia se nos inundó la oficina y, como han despedido a la señora de la limpieza por la crisis, Joselín y yo decidimos sacar el agua. Como había que echarla fuera, abrimos la puerta y en ese momento pasó por delante el GC, sorprendiendo a Cricetidae y a Jordi durmiendo en los sofás:

-¿Qué hacen esos durmiendo ahí? ¡Me cago en la Virgen!

Sí, es finísimo hablando. Cogió y se largó, porque ni nos inmutamos con su presencia y nadie le contestó. Llovía más que el día que murió Jesucristo y acababa de granizar, por lo que estábamos dentro, al no tener tampoco qué hacer. La mala suerte fue abrir la puerta, pero es que el GC nunca pasa por ahí y no preveíamos su presencia.

Al rato apareció SDAB, que venía de lamer culos, y me dijo:

-Eva, ¿quiénes estábais ahí durmiendo?
-¿Peeeerdona? -le repliqué- ¿Cómo que "estábamos"? Mira guapo, yo estaba sacando el agua de dentro, ya que habéis despedido a la señora de la limpieza, porque no me gusta estar entre la mierda y Joselín también. Si había alguien durmiendo, ni lo sé ni mucho menos te lo voy a decir, pero desde luego no soy yo, que no puedo dormir ni en el asiento de un avión, voy a venir aquí a dormir entre toda la mierda como si no tuviera casa.

Total, que lloviendo nos enviaron al lugar donde apareció el loco.

Manda narices que sólo miren lo que hacen los demás y no se miren ellos. Uno, en sus negocios privados en horas laborables y el otro que siempre tiene cerrada la puertecita del despacho. Dicen las malas lenguas que es porque guarda una botella de vino debajo de la mesa y el otro día alguien aseguró habérsela visto, pero yo nunca lo he comprobado.

Luego los necesitas para algo y uno es un salvaje, y el otro te dice que es un mandado. ¡Un mandado para lo que quiere! Para dar por saco va de segundo de a bordo, que por cierto no es su cargo real, ya que él es otro simple secretario, aunque en la práctica actúe de forma distinta porque lo manda el GC de todo lo que le hace la pelota. Aún me acuerdo de ir a decirle a SDAB que estaba harta por los acosos del GC y él diciendo "ya, es que él es así" ó "yo no puedo hacer nada". ¡Menudo pringado!

Así que no les tengo ningún respeto ni consideración, yo hago mi trabajo y cosas que no me corresponden. Una vez hasta fregué un baño, hace ya mucho tiempo, con ésto lo digo todo. En aquellos tiempos sólo había un baño para todos y la señora de la limpieza no iba por no sé qué historia. Con lo asquerosa que soy yo para esas cosas, dejé eso como una patena para que no nos comiera la mierda -nunca mejor dicho-, que creo que fue la única vez que el baño de arriba estuvo limpio desde que se hizo. Traté durante un tiempo de mantenerlo limpio, pero como se me agradecía tanto, un buen día pasé de todo. Y como éso, mil historias más.

Esta mañana, el GC no llegó a su hora, tardó casi dos en ir al trabajo. SDAB, se creyó con la potestad suficiente para bajar él y darnos órdenes, mandándonos a hacer algo que no nos correspondía. Obviamente, lo mandamos a la porra. No me faltaba más, vaya, porque como me empiece a negar a hacer todo lo que no viene en mi contrato, igual lo flipan él y el GC. Encima con modales de arrabalero, crecidísimo, pero le metimos un buen repaso entre todos.

Pero lo peor fue lo de la salida. Ya os conté que ahora hay que llevar el parte a menos diez para que nadie se escape -como en el colegio-. Pues hoy dijo que a menos cinco y el tío no estaba en la oficina, así que le dejamos los partes en la mesa y nos piramos, mientras SDAB se dedicaba a criticar a no sé quién en la oficina del GC con este último. ¿Qué hizo? Cuando se dio cuenta, nos vino a buscar a menos tres minutos a Jordi y a mí -los más rezagados de los que nos piramos- a la puerta, donde estábamos charlando con Cry. Cry flipaba y le decía -lo conoce-: "¿Y la peña que se fue hace un rato ya?", y SDAB haciéndose el loco e impidiéndonos la salida. Me sentí igual que cuando en el cole no nos dejaban marchar de la fila para los autobuses hasta que sonaba la alarma. El pobre Zondag se quedó arriba, esperando en la puerta de la oficina con alguno más para que no le dijeran nada, porque no se atreve a hacerles frente por mucho que luego diga, pero la inmensa mayoría no nos cortamos un pelo después de tantas putadas que hemos aguantado. Les estamos dando de su propia medicina.

¿Ahora de qué va SDAB, de poli de guardería?

Porque los vamos a volver locos el tiempo que nos queda y va a renovar su p. m., que lo que es a mí, no me vuelven a ver el pelo ni jarta de grifa. Me quedo en mi casita durmiendo la mañana y dedicándome a mí misma, que estoy en la gloria y no aguanto gentuza. ¡Qué ganas de quedarme en el paro!

Hoy me decía Cricetidae que todo ésto me ha afectado demasiado física y psicológicamente, porque yo he tenido la mala suerte de lesionarme y sufrir acoso, y es que tiene razón. Porque encima soy mujer y eso sigue teniendo que ver con cromañones del tipo del GC, que están en puestos de relevancia por amiguismos y enchufes sin saber escribir sus nombres.

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