martes, 5 de febrero de 2019

Y POR FIN LLEGARON LOS REYES MAGOS

Llegaron los Reyes

Como cada año, los Reyes llegaron a mis condominios.

Este 2013 he sido agasajada con una manta eléctrica y unos pendientes de Guess.

Los Reyes lo ven todo, por éso sabían que, hace unos días, mi manta eléctrica con relleno aromático explotó mientras la tenía puesta. Por suerte, el único daño fue para mi pituitaria, porque empezó a oler a chamusquina. Sobra decir que me ha venido de perlas, porque yo sin manta eléctrica no soy persona.

Guess es una marca que me encanta y hubiera sido extraño que algo de su diseño no me agradara, por lo que me sentí pletórica al descubrir mis preciosos pendientes.

En otro orden de cosas...

  • Si el año pasado Cry recibió una tostadora, este los de Oriente han decidido que lo que más falta le hacía era... ¡una freidora! 
  • Estoy resfriada, porque cuando no estoy presa me andan buscando.
  • Supermodel me ha prohibido comprarme los zapatos y el bolso para el vestido a juego, porque considera que llevarlos combinados es -textual- "de cateta de Antequera". Viniendo de un preparador de misses y experto en moda, yo me lo creo, aunque no sé si hay ó no catetos en Antequera, que tiene pinta de ser un lugar estupendo. 
  • He sentido una gran alegría al ver que el segundo premio de la lotería del Niño le ha tocado a una familia desahuciada. Qué ilusión me ha hecho escucharlos decir que ahora se comprarán una casita con jardín.
  • Los abandonos de animales no cesan ni en Navidades. He tenido que escribir un artículo de urgencia, con la esperanza de que alguien se compadezca de estos infelices. ¿Me ayudaréis a difundirlo, pegando el enlace en vuestro Facebook, Twitter, blog ó donde podáis?
Y a vosotros, ¿qué os han traído los Reyes? ¿Han sido generosos?

En esta época siempre me acuerdo de una anécdota, y es que me enteré de quienes eran los verdaderos Magos... ¡a los 12 años! Fue saberlo y entrar en la adolescencia de una casi... ¿Y sabéis cómo me enteré? Porque la cruel de mi madre me llevó a una juguetería, me preguntó lo que quería y cuando llegamos a casa me mandó a envolver el Alfanova para escondérmelo hasta el día de Reyes. ¡Tal cual! Ella seguro que no se acordará, pero yo me quedé fatal.


No, amiguitos, no lo sabía y mi madre no sabía que yo no lo sabía. ¡Así de parda era! Que actuamente los niños pequeños nos dan mil vueltas, pero yo en muchas cosas era tan bien pensada que de inocente que era rallaba con pardilla.

Pese a todo, sí había escuchado a las malas lenguas alguna vez, ¡pero hice oídos sordos! 

La primera tentativa fue cuando Cry, en 1º de Primaria, llegó a casa llorando porque su maestra había soltado en clase que los Reyes Magos eran "papá, mamá y el monedero". 

Mamá le respondió: "Vale, pues entonces tú este año no recibirás nada, porque sabes que nosotros no somos tan ricos como para traerte lo que pides en la carta", replicando él: "¡Qué no, qué no, que yo no me lo creí!"

En 3º de EGB, un niño dijo en mi clase que a él sus padres "no le habían comprado nada para Reyes" por suspender cuatro asignaturas. Lo fulminé con la mirada cargada de rabia y lo mismo al profesor, que le siguió la conversación, porque el niño contaba que sus tíos le regalaron la Game Boy para que no se quedara sin nada  y él le decía que entonces no había aprendido la lección y que sus padres tenían que haberles prohibido a los tíos comprarle nada. 

Para mi interior, pensé que en casa de ese niño los Reyes nunca pasaban porque se portaba mal, motivo por el cual sus padres hacían las veces, pero sólo cuando sacaba buenas notas.

Por otra parte estaba mi mejor amiga Virginia, quien debido a su religión no celebraba Reyes, aunque sus padres siempre les hacían un regalo a ella y a su hermano en las vacaciones de diciembre para que no se sintieran mal respecto a los demás. Ella al menos actuaba por omisión, diciendo que no recibía Reyes y ya está, pero su hermano Bhor no hizo lo mismo.

Bhor es cuatro años menor que nosotras y de pequeño le daba mucha vergüenza decir en el cole que él no era de la misma religión que los demás. Como no recibía Reyes, en 1º de EGB se puso furioso y fue llamando a parte uno por uno a todos los niños de su clase, contándoles quienes eran los Magos de Oriente. Se armó la marimorena, porque todos los niños empezaron a llorar, los padres fueron a protestar y el tutor le dijo a Bhor que quería ver a su madre. En la conversación, la madre de Virginia y Bhor se negó a que Bhor les dijera a los niños que los Reyes sí existían, alegando que ella podía decirle a su hijo que se callara la boca, pero que no pensaba pedirle que mintiera. Todavía recordamos esta anécdota y nos mondamos de risa.

Imagen nada extraña en muchos hogares hoy
Por último, ojiplática me quedo al ver micos a los que los Reyes han traído tablets -de mayores, obvio- y súper teléfonos de la muerte. Hace pocos años, en Santo Domingo se podía ver a cualquier mocoso de siete años (entiéndase, de familias con posibles) con un Blackberry y me daba una mala leche... ¿A quién van a llamar? ¿A Barny? Pero es que aquí también nos estamos volviendo idiotas. Sólo hoy me he enterado ya de no sé cuantos niños pequeños con esos utensilios que NO son para su edad. Luego, al tener más acceso, subirán fotos y datos suyos a internet y se liará parda. Además, aunque no lo hagan, me parece un grandísimo error por parte de sus padres porque hay un juguete para cada edad y considero que la oferta es lo suficientemente amplia como para elegir algo adecuado. ¿Qué el niño lo quiere? También quiero yo un velero de 13 metros y no lo tengo. ¿Qué el resto lo tienen? Aquí entraría en juego la DramaMamá: "¿Y si los demás se tiran por la ventana, dejarás que tu hijo se tire detrás?". En fin, que mejor se gastaban el dinero en libros.

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