martes, 5 de febrero de 2019

ERES UNA MENTIROSA PROFESIONAL

Mentirosa profesional


Después de publicar lo poco que me gusta que se frivolice con el cáncer, vi cómo os impactó concretamente que una ex amiga mía se hubiera inventado la enfermedad. De hecho, se inventó muchas cosas. Algunas me las voy a ahorrar porque atañen a otras personas y el que sea tonto que espabile, pues no será por mí por quien se sepa algo tan grave. La verdad es que se merecería que las publicara, pero soy incapaz.

¿Cómo se inventó el tema del cáncer? Un buen día quedamos para cenar otro amigo, ella y yo. Estaba embarazada y nada más sentarnos dijo: "Vengo para contaros algo. Tengo cáncer de estómago, está muy extendido y ya me he estado tratando, pero ahora con el embarazo he parado el tratamiento hasta que dé a luz. Es muy grave y ya he hecho testamento en el que he dejado escrito que mi hijo deberá recibir siempre visitas vuestras". Al escuchar la palabra cáncer, se nos cayeron los cubiertos. Mi padre se acababa de morir y lo último que se me pasó por la cabeza fue que era una asquerosa mentira para llamar la atención. No me imaginaba que nadie se pudiera inventar una enfermedad de esa magnitud y por este motivo no me extrañó que pudiera hacer testamento estando sin un duro, sin tener qué dejar en herencia ni con qué pagar a un notario, que manifestara supuestamente que el niño no debía perder el contacto con nosotros sin saber nuestros documentos de identidad, nuestra dirección exacta y creo que ni nuestros nombres con apellidos al completo. 

Al poco tiempo nos llamó diciendo que había perdido al bebé, por ese por el que se había negado a recibir quimioterapia. A día de hoy me pregunto si estuvo embarazada realmente. Poco tiempo antes, según ella había abortado después de un embarazo buscado, ¿por qué esta vez le iba a salir el instinto maternal de algún lugar extraño, hasta el punto de exponer la vida? No se mostraba ilusionada ni hablaba nunca del embarazo, ni tampoco manifestó estar triste en absoluto después del supuesto aborto, que claro, recalcaba que había sido por la medicación tomada hasta que supo que estaba encinta. 

Porque ella era muy responsable, que la había dejado el marido por otra y su suegro la había acusado falsamente de serle infiel a su hijo con su siguiente pareja, autor de este supuesto embarazo. Y ella quedaba con su actual estando casada porque eran amigos, pero no le engañaba. Y al poco tiempo, nos suelta delante del novio que claro, que normal que el ex suegro la odiara porque sabía que engañaba al hijo con él. ¡Me quedé patidifusa! Pero a ver, ¿cómo nos mientes y luego, sin explicación al respecto, dices tan ufana que era de otra forma? ¿Crees que te hubiéramos apoyado en su momento de no ser tú víctima de nada? Porque, amiguitos y amiguitas, en su día nos metió la fula de que el marido le era infiel con una dependienta de comercio y que la echó de casa con el niño. Entonces, que al ir ella a recoger sus cosas, encontró a la amante sola y desnuda en su ex casa tapada con la mantita de su hijo, recalcando el daño que le había producido esa escena. Pues bien, la versión posterior era: "Chica, no veas qué risas, llegué, me la encontré y yo ahí con la tía bebiendo vino en mis copas y brindando". ¿¿¿Tú te crees que soy gilipollas??? Mejor dicho que somos, porque mi amigo entra en el lote.

Si no nos hubiéramos volcado en ella de forma en que nadie se imagina cuando nos contó que no podía parar de llorar ante ese engaño (que resultaron ser unos cuernos mutuos porque esa relación era más falsa que un duro de madera), a mí me parecería sólo una vil y cutre mentirosa. Pero como sufrí mucho por su bienestar y me preocupé más de ella que de mí misma, me encolericé.

Aquí no acaba todo. Se volvió a quedar embarazada y desgraciadamente tuvo un aborto a los cinco meses y medio. Para entonces, ya se había inventado que la iban a operar pero que el cáncer había desaparecido y que el cáncer había vuelto, yendo ella a quimioterapia y jalándose los mechones con fuerza mientras nos decía: "Huy, mira, ya se me cae un poco el pelo". ¡Impresentable! Uff... Estando ella en estado de nuevo, volvió con la misma historia de mira qué valiente soy que he vuelto a parar la quimio por mi hijo. Amén de que se quejaba de que no tenía nada para el bebé, pues todo lo del mayor lo habría guardado su ex suegra, y se negaba a pedirle algo a esa mujer. ¿Si yo tengo algo de mi hijo, que me lo he comprado yo, no lo voy a reclamar cuando vuelvo a estar embarazada y sin un duro? Como a mí a veces me falta un sentido, me fui a comprarle un carricoche y llegué cargando con él como una idiota. Mi amigo no fue menos, y al poco tiempo tenía ropa, cuna, cochecito, sillita para el coche... ¡Todo! Entonces tiene el aborto, en el que no pide ni la autopsia de su hija "porque le da mal rollo", ni la quiere ver ni la entierra, que yo qué quieres que te diga, es mi hija y no la dejo ahí como si me extirparan un mioma. Y se va más feliz que una perdiz, al día siguiente estaba como si la cosa no fuera con ella. Nosotros guardando las cositas como tontos mientras ella nos decía: "Bueno, para el próximo que tenga".

Por aquel entonces se había peleado a muerte con su hermana, que le caía fatal y era muy mala y tal y cual. Días después, no sé qué chanchullo se trajo con la hermana que le suponía a ella un beneficio, que hizo las paces, y como la hermana se había vuelto a quedar en estado -tiene tres hijos mayores, pero quería otro de su nuevo marido-, le dio absolutamente todo con lo que nosotros la habíamos obsequiado con tanto cariño, como el que da un vaso de agua. ¿Pensaba quejarse otra vez cuando se volviera a embarazar? Porque la hermana vive fuera, por lo que no se lo devolvería. 

Con ese cabreo coincidió que me enteré de lo del cáncer, que me sentó... ¿Cómo os lo explico? ¡Se me caían unos lagrimones como uñas! ¿Quién puede ser capaz de mentir para conseguir algo así? Como dice mi amigo, debimos percatarnos de que no tenía escrúpulos por el tema que no quiero contar y pocos sentimientos cuando falleció su hermano y nos pidió que la acompañásemos a casa de su padre (no se hablan) a buscar las cosas del difunto, porque quería tener un recuerdo. Llegamos y no se llevó ni la cartera, ni las fotos, ni ningún efecto personal. ¡Arrampló con la tele, el DVD y el PC del chico! 

Por esas fechas, hablé con ella por última vez. Coge, y me llama para ver cuando LA INVITO a cenar. Pero no sólo a ella, sino que sería una cena de cuatro, porque vendrían también nuestro amigo y su nuevo marido. "¿Vamos a ver, tía, tú te crees que soy el Banco de España? Como tú pasas de currar, a lo mejor no sabes lo que cuesta ganarlo. Una cosa es que un día vayamos a cenar y me dé la gana de pagar a mí, ¿pero que tú me lo pidas? Si quieres cenar fuera, vete al McDonalds y pídete una hamburguesa de un euro, ¡caradura!" Hasta el restaurante elegía y no uno barato, la tía, con su santísimo morro. Que tener dinero no tendrá, pero no deja de fumar, no quita internet, no trabaja porque no le da la gana y cuando llega el cumple de su churri, se pagan un hotel y la mejor marisquería de la ciudad.

Mi amigo fue al cumpleaños del niño, porque dice que el crío no tiene la culpa. Por supuesto que el niño no la tiene, pero yo prefiero cortar relación ahora que es pequeño y punto, no voy a estar aguantándole mierdas a su madre mentirosa por encariñarme con él, que para éso tengo sobrinos y sobris postizos. No la quiero ver en pintura y mejor que no me pida explicaciones sobre retirarle la amistad, porque como le suelte todo lo que os he contado más lo que me callo -que no tengo el más mínimo problema en decírselo, incluso a veces me apetece mucho- , va a sentir por primera vez en su vida lo que es la vergüenza. 

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