martes, 5 de febrero de 2019

DIPSHIT O MORIR

Cómo ser dipshit y no morir en el intento


¿Recordáis mi hermoso dolor de piernas? Ese que al agacharme y levantarme me llevaba a ver las estrellas. ¿Sí? Pues el viernes me dio el lumbago y un tirón en la espalda cuando hacía lo que no tenía que hacer. Incluso, me dio un bajón de tensión y un mareo, que gracias a la intangible ayuda del bueno de Peluchín no llegó a más.

El fin de semana me lo pasé en el sofá. Mis piernas empeoraron y mi espalda, ya en frío, resultaba un poema. Al salir de la ducha, se me durmió una pierna y pegué un traspié que casi beso el suelo como el Papa polaco cuando fue a Israel.

Evidentemente, el lunes necesitaba el informe de lo ocurrido el viernes para ir a la mutua. Segundo de a Bordo me dijo que debía rellenármelo Jefesito, al cual no le dio textualmente la gana. Entre gritos y gruñidos, le farfulló a SDAB que no le apetecía rellenar nada, y que no. Imagino que con la firme convicción de que yo agacharía la cabeza y volvería a mi puesto. Pues mira, no. SDAB me dijo que fuera a las altas esferas con el papel, pero no me hacía falta su sugerencia para animarme. ¡Ahí me fui a quejarme!

Entre ayer y hoy, no conseguí que nadie lograra que ese ser me rellenara el informe. Decía que no le daba la gana, y punto. La encargada de personal, que le tiene tanto "cariño" como el resto de compañeros, comentó que si de ella dependiera, "ese ya estaba aquí rellenándolo de rodillas". A última hora, ésta misma me llamó para decirme que, de parte del jefe de Jefesito, el eslabón de arriba de las altas esferas, me esperaba este mañana para rellenármelo él.

Efectivamente, dicho señor, todo amabilidad y de muy buen talante me lo rellenó. Eso sí, me dijo que jamás había hecho éso y que el motivo por el que Jefesito ocupaba un puesto de tal responsabilidad siendo un ser primario, no era otro que un tema político en momentos de confusión tiempo atrás. Nihil novi sub sole. De paso -y sólo de paso-, le conté la movida pasada, donde me faltó el canto de un duro para denunciarlo. El hombre se quedó flipando y me dijo que no hiciera ninguna tarea que no me correspondiera y que lo iba a llamar al orden para suavizarlo, aunque si, de todas formas, yo tuviera algún problema más, que no dudara en acudir a su despacho.

Así que me fui a la mutua, me dieron un montón de pastillas, un gel, varias indicaciones y por supuesto la baja. ¡Y ese individuo pretendía que sin poder ni menearme siguiera yendo allí! Claro, estaba pensándolo yo.

Me fallan las piernas, me dan pinchazos y estoy preocupada. La médico me explicó que se podía deber a varias causas, pero es que nunca me había ocurrido y no es plato de buen gusto para mí. Lo de los calambres es espectacular, parezco una vieja. Jamás me había pasado y ahora me da rabia que por hacer lo que no debo, por culpa de alguien que está en un puesto para el que no está capacitado, me tenga que ver así.

Como a la vuelta me diga algo, no sólo vuelvo a las altas esferas, sino que le voy a meter un repaso que ríete tú de la ubicación que le di en público el día que me cansé de sus comentarios asquerosos.

Para colmo de males, ayer me hicieron la endodoncia. Como no terminaron, tengo cemento provisional en el premolar, que al menos me tapa la raíz y hace que no desee que me anestesien cada vez que bebo frío ó caliente.

En cuanto a Mamá, de dar tantas vueltas, hoy se le olvidó poner el ticket del parquímetro en el coche y le han metido otra hermosa multa, la cuarta en once meses. Conste que hasta esta racha de multas, nunca jamás en sus 25 años de carné le habían puesto ninguna. Ayer quería que me quedara yo en el coche e ir ella a ponerle los puntos sobre las íes a Jefesito, pero se acordó de que tenía que ir a comprar huevos y se le olvidó. Cuando se enteró hace semanas de aquello que pasó, le quería ir a lanzar un zapato, decía. ¡Y éso que no le conté todo!

En fin, que quien me lea va a pensar que soy una quejica, pero precisamente por éso lo cuento todo junto para que una sola entrada englobe mis desventuras gracias a un jefe malvado e incompetente.

Por otra parte, para aquellos que seguís la carrera delictiva de Ferny; Perfidita ya está perfecta.

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