martes, 5 de febrero de 2019

COMPAÑIAS AEREAS

Compañías aéreas


EasyJet: A favor, por supuesto, su precio. En contra he de decir que son muy amigos de los retrasos, que no es inhabitual que te dejen tirado unas cuantas horitas de retraso en el aeropuerto por la cara -éso sí, con un ticket para que te tomes un bocata y un refresco a su salud- y a las posteriores reclamaciones te responden por carta que no te van a abonar los daños y perjuicios y que confían en que sigas volando con ellos. A sus azafatos no es raro que les den ataques de risa mientras te explican cómo te debes poner el chaleco salvavidas en caso de problemas. Que a mí, que he volado más que Batman, me da lo mismo hacer oídos sordos a su show; pero mi hermano la primera vez que viajó fue con ellos, estaba súper nervioso y encima no se enteraba de nada porque no dejaban de hacerse muecas desde el fondo del avión para que los que estaban explicando la puesta del chaleco se partieran de risa.

Iberia: Son muy seguros, tienen la fama y la experiencia. Lo malo es que se están pasando de listos. Tú pagas el pastón que cuesta volar con ellos, y te meten en un vuelo de Vueling, su compañía barata, sin darte explicación ninguna. A mí me lo han hecho ya unas cuantas veces en los últimos tiempos. Un billete de Vueling, al ser el low cost de Iberia, es sensiblemente más barato; por lo que pringas en pagar el pastón de diferencia para viajar en Vueling de todas formas. Por otra parte, la comida de los viajes Intercontinentales es malísima, de lo peor. Si se esmeraran en hacer algo malo a propósito, no ofrecían algo así.

Vueling: Bueno, aquí tengo para despacharme a gusto. Cuando tú compras un pasaje de Vueling por internet, te cobran las maletas aparte. Si no marcas nada y las llevas normalmente al aeropuerto, facturándolas con normalidad, no te cobran nada; por lo que es un sacadero de cuartos infame, en el que se aprovechan de engañar al pasajero. Si llevas equipaje de mano y no entras de los primeros al avión, habiendo un gran número de viajeros, no es raro que te digan que no tienes ya sitio. Te dicen que te lo meterán en la bodega con el resto de maletas y que lo tendrás que recoger por el procedimiento habitual en tu destino. Si precisamente llevas la maleta de mano contigo porque tu trasbordo va justo, se lavan las manos, salvo que te enfades mucho, te plantes, te niegues y entonces te encuentran sitio milagrosamente. A las azafatas también les gusta mucho hacerse fotos durante el vuelo, sin perjuicio de que estés a un metro con cara de pocos amigos y esperando para preguntarles si el baño está ocupado, porque no ha entrado nadie y hay carteles de cerrado. El tema se agrava cuando en un avión no puedes encender el móvil y ellas se fotografían con uno, por mucho que esté en modo avión, cosa que al menos Vueling no permite a los pasajeros. Hay cada borde de mucho cuidado. A mí me ha pasado estar en mi asiento y que otro pasajero le diga a la azafata que ése es el suyo. Que la azafata me pida la tarjeta de embarque, y que como estoy ya leyendo no sepa dónde la he metido. La busco y dicha dama, que debe creer que soy sorda ó idiota, me vuelve a repetir con cara de pocos amigos: "¿Me permite su tarjeta de embarque?". "¿Porqué me lo repite, señorita? ¿Sospecha usted que soy imbécil ó no ve que la estoy buscando?". Y yo no los veo tan baratos.

Spanair: Eran mucho más baratos que Iberia para intercontinentales, más amables, la comida está mucho más buena -hacían una pasta a la carbonara riquísima-, eran serios y la compañía en general siempre me ha dejado un buen sabor de boca. Si tengo que buscar algún dato negativo, apuntaré que los viajes duraban más con ellos. Madrid-Santo Domingo con Spanair se tardaba casi hora y media más que con Iberia, y con lo que me desespero yo en los viajes largos, hora y media es hora y media.

No hay comentarios:

Publicar un comentario