martes, 5 de febrero de 2019

CARTA DE AMOR A MI PERRO

Carta a mi perro


Querido Cos:

Hoy hace un año que no estás con nosotros.

Aún no me puedo creer que el tiempo haya pasado tan rápido.

Fuiste el mejor perro que una chica puede tener. Eras bueno, fiel, cariñoso y me encantaba comerte a besos.

¿Sabes que, desde que faltas, dejé de salir a caminar por las tardes? Sin tí no es lo mismo, no me apetece. Si me llevara a Ramón, iría ladrándoles a todos los perros y montando bulla. En caso de elegir a Coco, me pasearía él a mí todo el camino. Así que no he vuelto a dar las largas caminatas que compartía contigo cada día. ¿Te acuerdas? Nos sentábamos a contemplar el horizonte, yo te daba besos en la cara y tú me terminabas aplastando con tus patas, como diciéndome que era una abusona que ya te tenía empalagado. Cuando bajábamos a la plataforma del puerto, te enfadabas conmigo porque no te gustaba ver agua por todas partes y te mareabas, así que terminábamos sentados en mitad de la playa, ¡ni para tí, ni para mí!

Recuerdo cuando te vi por primera vez. Tenías nueve días y estabas lleno de pulgas. Tu madre era una boxer que acababa de dar a luz en una perrera que urgía por cerrar y hacía mucha falta sacar de allí a los perritos. Pensé que no saldrías adelante, pero con botellas de agua caliente y biberones, pronto te convertiste en un perro grande y sano. Te parecías a Scooby Doo y yo siempre te decía que algún Carnaval nos disfrazaríamos de la pandilla de esos dibujos para llevarte a tí como perro.

Kira fue tu mejor amiga. Qué mal lo pasaste cuando faltó. Te dirigías a su sitio y luego me mirabas, sin entender donde podía estar. Ahora estáis enterrados juntos. ¿Quién me iba a decir que en unos meses, en el mismo año, os perdería a los dos?

Tu relación con Ramón no era muy buena, pero la verdad es que Ramón con los perros machos... ¡no podemos pedir nada! Si tú eras celoso, él lo es el triple y, aunque llegó mucho después que tú, jamás fuisteis amigos.

Con Coco era otra cosa, porque aunque sea pesado él quería jugar y te llevabas muy bien. Comprendías que era un cachorro, por mucho que saltara sobre tí hasta el cansancio. Creo que sobra decirte que Ramón y Coco no se pueden ni ver.

Ferny está bien, ahora tiene una hermana. Los gatos siempre te gustaron, hasta el punto que los vecinos, al verte acercarte a los suyos, alguna que otra vez pensaron que tratabas de atacarlos. ¡Nada más lejos de la realidad!

Mi querido perro, me despido de tí hasta siempre. Nunca te podría olvidar, porque nunca habrá otro como tú. ¡Qué falta me haces!

No hay comentarios:

Publicar un comentario