MECHAS CALIFORNIANAS

Mechas californianas + steam pod

Estas mechas californianas de Ariadne Artiles son lo que yo llamo un pecado mortal. ¿En serio no parece que va con raíz? 

En serio.

Súper en serio

Completamente en serio.

Nunca digas "de este agua no beberé" ni "este cura no es mi padre".

¿Recordáis mis palabras contra las mechas californianas? ¿Os acordáis de todas las veces que dije que eran un horror porque parecía que la portadora iba sin teñir, con la pedazo de raiz a la vista? Pues olvidad mis palabras.

Esta es Eva que, aunque no las tiene muy machacadas, hace un año que no se corta las puntas de su larguíiiisimo pelo a lo Rapunzel y decide ir al tema. El primer -y fundamental- problema era: ¿A dónde acudir? Después de toda la vida acudiendo a la misma peluquería, decidí decantarme por una que me queda de camino a la estética. Fundamental, porque si me gustaba, iría siempre a ella y al encontrarse en una zona que transito, no me daría por saco pegarme una buena caminata cada vez que necesitase atención capital. Así que allí me presenté.

A Drew Barrimore le puso las mechas californianas su peor enemigo

Me atendieron estupendamente. La primera señal de confianza, fue ver a un gay peinando y asesorando y sabéis que yo soy muy de gays. Que sí, que la discriminación positiva a lo mejor no está bien, pero a mí me encantan los gays, el 99% de mis amigos lo son y entre ellos me siento segura. 

Antes de mandarme a lavar el pelo, me sentaron frente al espejo y me preguntaron qué me quería hacer, señalando bien la longitud de puntas que se me cortaría. ¿Color? Pues mira, tengo unas cuantas canas en las sienes, pero no quiero estar cada quince días amargada. Por otra parte, siempre me apeteció teñirme de rojo...

-¡Ni se te ocurra!- exclamó el peluquero gay- Con tu volumen y longitud de pelo, ¡parecerías un semáforo!

Entonces me visualicé con mi gran melena roja, como llamas encendidas, y comprendí que tenía razón.

-¿Y negro? Para tapar las canas...

-¡Tampoco! El negro te endurecería las facciones y tú lo que necesitas es dulcificarlas (ni que fuera yo rubia, porque tengo el pelo más negro que los cojones de un burro). Lo que dijiste antes de algún rayito está bien, pero una cosa así por encima...

-¿En rojo?

-¡Mira que te gusta el rojo!- intervino una de las peluqueras- Ahora se llevan mucho más los tonos naturales. ¿Qué tal unas mechas californianas?

Puse cara de "no pienso ir por la calle con aspecto desaliñado" y entonces me enseñó en la tablet infinitos looks naturales y juveniles con californianas... que... ¡me encantaron!

-¿No te gusta este cobre?

-Pues la verdad que sí -confesé-. ¿Puede ser la base de mi color natural?

-¿Castaño oscuro? ¡Perfecto!

Total que se pusieron manos a la obra y ahora luzco un melenón precioso, natural y soy propietaria de las tan criticadas por mí mechas californianas. Que además me han asegurado que tienen una vejez buenísima, porque con los lavados en vez de decolorarse van cogiendo intensidad. En vez de retocarse, se matifican cada 4-5 meses y no padecen el problema de las cansinas raíces.

¡Así sí! Que, por cierto, son similares a las mías

Pero esto no es todo, porque mi nueva peluquería, donde seguiré yendo porque aunque no sea de lo más barata es clasuda y te asesoran convenientemente, está en promoción con L´Oreal para realizar el tratamiento steam pod. Se trata de una colaboración de L´Oreal con Rowena en forma de planchas del pelo con hidrocauterización pro keratina, que te dura hasta cuatro semanas. El precio normal es de 30 euros, pero hasta abril lo tienen a 14,50 y te deja el pelo como la seda y con una textura increíble que parece alisado japonés. Me comenta el peluquero que hay mucha gente que con este precio está yendo todas las semanas para acumular keratina y que les dure una temporada, porque llegan al cabo de siete días con el pelo sucio, pero exactamente igual de liso. Aguanta la humedad a la perfección y no castiga el cabello.

Total, que he salido de la peluquería con una melena de envidiar. La evolución de las mechas californianas y del steam pod ya os la iré comentando. A día de hoy me encanta el resultado de ambas cosas y estoy muy contenta de haber sucumbido.