martes, 5 de febrero de 2019

SUICIDIOS POR IMITACION

Suicidios por imitación


Nuevamente nos hemos despertado con la noticia de que una mujer, esta vez en Málaga, le ha puesto fin a su vida ante su inminente desahucio.

Cuando escribí sobre el papel de la violencia en los medios de comunicación, hice especial hincapié en la peligrosidad de los suicidios por imitación. Si en televisión nos bombardean con los suicidios por desahucios, terminará habiendo un repunte en la escala poblacional. A mayor publicidad, más alto será el porcentaje de suicidios.

El otro día observé perpleja cómo entrevistaban a un hombre en lamentable situación económica. Este padre de familia comentaba que se había planteado quitarse la vida para que así su hipoteca quedase pagada y su mujer e hijo no se quedaran en la calle. Lo único que se consigue publicitando algo así, es que esa misma tarde otro señor en situación similar resuelva hacer lo mismo para terminar con su problema.

En muchas ocasiones diversas, distintos casos de suicidio no saltan a los medios de comunicación precisamente por este motivo. Después de que Marilyn Monroe se quitó la vida, sólo en el mismo mes hubo 303 suicidios más en Estados Unidos.

Las vías de tren son uno de los lugares más comunes para el suicidio, motivo por el cual la policía tiene terminantemente prohibido que estos casos trasciendan a los medios para no dar ideas. A mitad de la década de los 80, el sensacionalismo de algunos medios de comunicación austriacos consiguió un alto número de suicidios en el tren subterráneo de Viena. Esta cifra comenzó a descender cuando una asociación para la prevención del suicidio consiguió que no se publicaran estas noticias.

Si se informa de un suicidio, cuanto más se personalice acerca de la víctima, más posibilidades hay de que comience a haber un efecto imitación. Fotografías, detalles, motivación de la víctima, circunstancias personales deben ser omitidos, evitando que el receptor se pueda identificar con esa persona. Por esto mismo, los medios evitan referirse a las muertes de este tipo como suicidio, sustituyendo esta palabra por algún eufemismo.

En vez de la publicación de noticias referentes a suicidios, sería más conveniente realizar campañas para evitar esta triste práctica.

La intención de que los medios de comunicación no se hagan eco de los suicidios, sobre todo si son por imitación, nada tiene que ver con tratar de limitar la libertad de expresión. Es más positivo aprender a informar con conocimientos a la hora de manejarse en tan delicado tema, para que así se tome conciencia de la responsabilidad de las consecuencias de aquello sobre lo que se informa.

Por muy mal que se encuentre una persona, las crisis económicas pasan; no duran toda la vida y sólo se vive una vez. Considero que en este momento es muy necesario comenzar una campaña para frenar los suicidios provocados por la crisis que actualmente está golpeando a España, porque cuanto más eco le den a cada muerte, antes acontecerá la siguiente.

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