martes, 5 de febrero de 2019

DAME PACIENCIA PORQUE SI ME DAS FUERZA LO REVIENTO

Dame paciencia, que si me das fuerza lo reviento

Amiguitos y amiguitas, quisiera hacer una aclaración respecto a la entrada de ayer. El blog no me ralla ni me agobia, más bien todo lo contrario. Lo que pasa es que si valoras quitar internet, todo va englobado. Lo que más me gusta del 2.0 es la blogosfera: vuestros blogs y el mío.

Dicho ésto, os contaré algo que no os sorprenderá ni lo más mínimo: mi jefe es un cabrón. Hace muchos años que no siento tanto asco ni desprecio por nadie. Me parece el ser más deleznable que me he echado a la cara en mucho tiempo.

Me reincorporé al trabajo, como todos sabéis, y no intercambié una sola palabra con él. Si antes no le hablaba, ahora menos. Se ve que quiere tocar las narices y ya no sabe cómo. Ayer nos encargó un trabajo bastante arduo, pero lo que él no sabía era que lo íbamos a terminar antes de tiempo. Esto le dio muchísima rabia y nos mandó otro, realmente estúpido, pero para tenernos puteados. Sobra decir que estábamos muy cansados, que no habíamos parado en toda la mañana y que cuando uno termina su trabajo ya no tiene más que hacer, vaya, que ya estaba todo el mundo por ahí desocupado y nosotros pringadísimos con el puerco sentado mirándonos. Suena increíble, pero es así de caradura. La gente trabajando y él observando.

Terminamos tardísimo y nada más entrar yo en la oficina de arriba a sentarme, apareció él persiguiéndome y preguntando que si no teníamos vestuario abajo y que no nos quería ver más arriba. ¿Perdón? ¿Qué es esa orden tan estúpida? ¿No tienes por dónde cogernos y nos echas de un sitio a otro? A esto, Peluchín apostilló: "Como no quisiste nada con él, ya no sabe cómo putearte". Pues sí, Peluchín dice muchas tonterías, pero también hay veces que habla con certeza y hoy fue una de ellas. El cerdo no perdona que le haya contado lo que hizo a sus superiores ni que lo pusiera fino delante de todo el mundo, pero no sabe que yo no tengo nada que perder y que no soy como los que le callan porque no les queda más remedio. No me da ningún miedo y me cuesta muy poco volver a ponerle otra queja.

Encima, Segundo De A Bordo, que va de majo y de mandado pero bien que le gusta hacer la pelota también, salió hablando alto para que el otro lo escuchara a decirnos que el parte se entregaba a menos diez y que no se salía hasta en punto. Ahí ya me harté y dije bien alto: "¡Tendréis mucha queja de mí, que no me he ido antes en mi vida! ¡Como mucho he salido después de la hora, pero nunca antes!". Y me dio tanta rabia que me sentí rebelde y me fui a menos cinco. ¡Ea!

Estoy tan harta que me estoy planteando dejar el trabajo. No aguanto a ese asqueroso, tengo una lesión crónica por un accidente que tuve por su maldita culpa, me estoy llevando muy malos ratos y encima no lo necesito para comer ni soy ninguna muerta de hambre. Me dan ganas de ir a su despacho, ponerlo a parir y largarme felicísima.

Por cierto, de la que esperábamos para entregar el parte, le escuché una conversación en la que le hablaba a su interlocutor de una "chavala" y de que "sospechaba algo". Como creí que se refería a mí, pegué la parabólica y alcancé a saber que es alguien de un restaurante suyo que se le quiere largar. ¡Normal! Todo el mundo se le va porque es un explotador y nadie lo aguanta. Este verano le metieron un multazo por no tener a varias personas aseguradas y encima es tan tonto que lo habían avisado y se quedó igual. Ahora le han quitado un mes de sueldo por putear a otro empleado y encima tiene la nómina embargada por arruinar un restaurante y pedir dos créditos que el muy cabestro no pagó, motivo por el cual tiene que poner todas sus posesiones a nombre de sus hijos. Que en horas de trabajo nunca está en su puesto, siempre está en sus negocios privados, lía las que lía y nadie es capaz de despedirlo pese a ser analfabeto y maleducado. Con decir que está ahí porque no se le echó en su momento y porque la gente no se queja lo suficiente, lo arreglan todo.

Lo que sé es que de encontrarme súper bien y estar en una época de mi vida en la que todo me sale estupendamente, estoy volviendo a encontrarme nerviosa y disgustada, y no me da la gana. No voy a tener ansiedad ni por el gordo cabrón, ni por nadie, eso lo tengo muy claro. Así que peor prevenir que lamentar y según pasen estos días veré lo que hago, porque no tengo intención de que nada me amargue la vida y si sigo ahí es por cotizar, no por otra cosa, pues nunca se sabe y además subiendo la edad como ahora lo están haciendo, no me quiero llevar disgustos luego.

Cambiando de tema, Zondag se ha comprado un caballo nuevo. Se llama Duque, es un pura raza española y tiene doce años:


Aquí unas fotos del magnífico ejemplar:




¿No es precioso? El vídeo y las fotos no le hacen completamente justicia porque había llovido y estaba algo mojado, pero es una preciosidad y muy bueno. Al pobre las yeguas no le tienen ningún respeto y hasta alguna coz ya se ha llevado. Una está preñada y la otra a ratos lo corteja y a ratos le intenta arrear.

La dieta me va muy bien, ya noto que he perdido algo de volumen y no llevo mal lo de no comer dulces y demás, sólo cuando se os ocurre subir al blog ó a FB fotos de tartas, pasteles, galletas, cupcakes y demás hierbas. Bueno, y también cuando paso por delante de una pastelería. Pero como no me paso todo el día viendo fotos de comida ni paseando ante confiterías varias, estoy muy contenta con mi dieta y orgullosa de mi fuerza de voluntad. Cry y Peluchín ya me han dicho que se me nota más delgada.

Por cierto, han subido las tallas de Zara. Yo llevo una 38 y el otro día me compré unos pantalones cortos de la 40 para llevarlos con cinturón... y al ponérmelos en casa para salir el sábado, no me cerraban. ¿Se puede creer? Toda mi vida llevé las mismas tallas, siempre con comprar la 36 de Bershka y Zara ya sabía que me iba a servir, no me lo tenía que probar. Cuando subí de peso, he empezado a usar la 38 y ahora, sin haber engordado, me encuentro con ésto. Pero es que mido esos pantalones en casa con otros de la misma marca y de la 38 que tengo y son iguales, ¡alucinante! No sé qué ganan engañando a la gente, aparte de que sus compradores se puedan llegar a sentir mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario