martes, 5 de febrero de 2019

A PALABRAS NECIAS OIDOS SORDOS

A palabras necias

Estoy hasta los mismísimos ovarios. En este mundo los impresentables abundan. Veo que el entorno del veterinario omisor de socorro ha encontrado mi blog, pero me la comen todos ellos del primero al último y me importan un carajo, aparte de saber que a la cara no se atreverían a decirme ni media y a mi hermano muchísimo menos. Por éso lo hacen por esta vía, porque ahora me quieren dejar comentarios, que como publico lo que me da la real gana, escriben  para nada.

El otro día, una sujeta que no sabe de qué va el tema se atrevió a poner en su FB un link al grupo que habíamos creado en apoyo a Kira. Junto al enlace, escribió que la perra era de "un tipo" que la llevó a sacrificar y que como no sabía qué decir luego en casa, se inventó un lío culpando al veterinario. Esta indocumentada eludió leer que no había ningún "tipo", sino una familia que llevó en grupo a la perra al veterinario, por lo que nadie debía dar explicaciones a nadie, pues todos estábamos allí.

Esto es sólo una muestra de la gente que no sabe de qué va el tema y se mete en todo, porque son como el Doctor Liendre, que de todo sabe y de nada entiende. Les da lo mismo estar hiriendo sentimientos de forma gratuíta; el tema es ir de justicieros y de defensores de no sabemos qué. En fin, gente que quiere destacar en algo y cómo su vida real probablemente sea una mierda, prueban a hacerlo en internet.

Tiene gracia que digan esas tonterías, pues si no se hubiera querido salvar la vida de la perra, no se hubiera ido en coche con ella desde el pueblo. Porque el pueblo queda lejos y en el viaje se pierde tiempo, para los paganos. Cuentan historias raras, pero la única realidad es que la perra estuvo toda la tarde comiendo y jugando, como todos los otros perros que allí estaban -y como han hecho mis perros toda la vida, pues siempre los he tenido y nunca me había pasado ésto, ya que ni siquiera sabía ni lo que era ni que podía ocurrir- y que cuando era casi de noche se fue cansada al sofá a dormir, como hizo toda su vida. El problema fue que al rato, cuando la fuimos a despertar, estaba hinchada y ahí fue cuando se cogió el coche y se llamó a nuestro vete, que por desgracia tenía el teléfono apagado. Si nos lo hubiera cogido, hubiera buscado con quién operarla, pues él solo no se atrevía a hacer esa operación; ó nos hubiera derivado al hospital veterinario de Gijón, cómo nos dijo cuando encendió su teléfono pero ya no había tiempo. Como no sabíamos a quién acudir, fuimos a esta clínica, dónde la perra fue atendida por una chica que era un encanto y que se deshizo en atenciones hacia ella. A esa chica sí le gustaban los animales. Después de intentarlo todo, llamó al señor éste para que la operara, que fue quién dijo que si no le poníamos 1.024 euros encima de la mesa no operaba a la perra.

Por lo cual, yo puedo entender que se entre en el debate de que los veterinarios no operan por caridad y tal y cual, pero jamás permitiré que se ponga en entredicho ninguna otra cosa, pues nada más notar que la perra estaba mal salimos con ella a la clínica. Cuando este señor se negó a operarla, mi vete ya estaba operativo, pero nos dijo que él solo no se sentía capaz de operarla y que no la moviéramos de ahí, porque no iba a llegar con vida a ninguna parte. ¿Qué la perra probablemente se hubiera muerto pese a ser operada? No lo niego, así como no estoy negando nada. El tema es que se le negó la oportunidad. Que no me diga este hombre a mí que con los 300 euros que le dábamos, aparte de los 245 que ya le habíamos pagado no se cubrían los gastos. Aparte, que el dinero restante para llegar a la cantidad que él pedía, le ofrecimos enseñarle una nómina para que nos pasara uno ó dos recibos. Así que además nadie se negó a pagarle; sólo que no lo teníamos en mano. C´est la vie.

El veterinario alega que él no vive de la humanidad y quiso enseñarle a mi madre dos días después, cuando fuimos a pedirle la factura y la radiografía que pagamos, una factura que "por humanidad" le debían, con un importe de 400 euros. Ya, pero es que ese no es nuestro problema. Nosotros no nos negamos a pagarle y hubiera cobrado la desorbitada cantidad que pedía y todos contentos. Sin embargo, no sé si es que al no ser sus clientes no se fió, si no le dio la gana levantarse de la cama ó si en realidad no sabía hacer esa operación; pero le quitó a mi perra su única oportunidad de recuperación.

El resto de historias raras y añadidas no han salido de su boca (al menos en nuestra presencia), pero sí de la de gente de su entorno, que flaco favor le hacen.

Lo que cuenta en realidad es lo que digan los que imparten justicia, que será lo que vaya a misa. El resto de habladurías sólo hacen que la bola de nieve se haga más grande, pues nos cabrearemos más, hablaremos más y haremos más bulla cada vez que escuchemos una sandez por su parte. Porque yo cada vez que recibo un mensaje de estos individuos siento más rabia e impotencia y más ruido hago.

Y es que son unos amigos muy poco inteligentes. Si no le hubieran echado más leña al fuego al asunto, no nos hubiéramos sentido tan decididos a llevar ésto hasta las últimas consecuencias. Porque si antes quería justicia; ahora más que nunca. Con amigos así, ¿quién necesita enemigos? No hacen más que darle repercusión al caso y ayudarme a que no quede un habitante en la tierra sin enterarse (gracias por ese lado ;) ).

En fin, que calladitos están más guapos y que cuando no se sabe de algo; lo mejor es callarse. No publicaré memeces, así que no os molesteis en escribirlas y si necesitais actividades a las que dedicar vuestro tiempo, yo os puedo dar una lista que va desde apadrinar a un niño hasta columpiar gallinas.

Ah, me olvidaba. Mi hermano borró el grupo de FB porque le dolía ver la foto de la perra, aunque viendo el transcurso de los acontecimientos, tendré que crear dos ó tres más.

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